Eva Vaz, exploradora
Eva es un ser inspirado por Dios o por algún dios pagano o por un geniecillo maligno que pone su industria toda en confundirla. Frente a los que sólo poseen inteligencia, ella, que la posee en grado sumo, aporta además creatividad involuntaria e inocencia de niño capaz de extrañas asociaciones. El caso es que es una fuente inagotable de despistes y hallazgos lingí¼ísticos fruto de su gran empanada, que no es un plato que cocine bien sino un plato discursivo con el que se dedica a hacer felices a los demás, sin pretenderlo pero con sana alegría. Ella vino a este mundo para que hubiera ángeles, como en El cielo sobre Berlín.
Quiero inaugurar una sección en su homenaje y con su permiso -sección que espero ir actualizando-, con algunos de sus grandes descubrimientos (ya comenté la estupenda innovación del verbo "antigustar"). Y comenzamos con cierta ocasión en que Josep Carles Laínez y yo, no recuerdo por qué extraños caminos, estábamos hablando del momento en que prendieron a Jesús. Recuérdese que "prender" significa tanto "apresar" como "dar fuego a algo". Frase espontánea de Eva (y creedme por favor y muy en serio que la pronunció con la mayor inocencia y sin el menor atisbo de ironía): "¿Cómo que lo prendieron? ¿Pero no lo crucificaron?"...
Pura poesía.
Eva es muy grande, como poeta y como mujer. Besos para ella. Y un abrazo fuerte para ti.