Pagar en muertos
No nos engañemos: los muertos que hay que recoger de las carreteras cada semana santa, cada puente importante, cada inicio o final de vacaciones, son un peaje necesario. Hablan para esta semana santa de no pasar de 100: pues vale. Pero son 100, y diez arriba o diez abajo son sólo uns estúpida estadística para medir la efectividad del carné por puento, de los radares o de los anuncios tremendos de la DGT. No frivolizo con el tema: yo tambien he visto morir a buenos amigos sobre el asfalto. Pero me cabrea tanta demagogia: seguirán muriendo gente por simple regla de tres: más coches, más muertos. Cada periódo vacacional se desplazan millones de vehículos, cada vez más. Hemos abandonado por completo otras alternativas de transporte. Hemos abandonado incluso la posibilidad de NO desplazarnos, como si la única manera de pasar unas vacaciones fuera viajar, más lejos, a lugares distintos. Así las cosas es imposible evitar los muertos en carretera. Podremos (y debemos) mejorar las carreteras, sensibilizar al conductor, todo eso, pero tanto desplazamiento obsesivo tiene un precio. Que pagaremos, queramos o no. 100, o diez menos, o diez más. Pero pagaremos.
Fíjate amigo Gonzalo, que cuando salió el tema este del carné por puntos yo ya publiqué un post manifestando mi desacuerdo por considerarlo un asunto innecesario, me temo que más destinado a recaudar pingí¼es emolumentos en función de las multas o el pago de arancel para recuperar los puntos perdidos. Una vez pasado el temor inicial a perder el carné todo vuelve a ser como era, demencial, caótico y sangriento. Siempre he mantenido la opinión de que hay tres cosas en este sentido fundamentales para mitigar esta mortal lacra:
1. Exigir la mejora de todas nuestras vias públicas, el automovil, y la motocicleta, son la vaca dorada del estado, recaudan infinidad de impuestos en virtud al hecho de tner o usar un vehículo. Hay que exijir que esos impuestos reviertan eficazmente en infraestructuras. Otro día podríamos hablar de los quitamiedos amputadores de miembros de los moteros.
2. Prohibir que ningún vehículo que se comercialice en España alcance una velocidad superior a la máxima permitida por el código de circulación. Es incongruente que se homologuen vehículos que vayan mucho más deprisa de lo que marca la ley y, encima, se haga publicidad de ello. Rematadamente demencial.
3. Educación. Al igual que se marcan pautas en las aulas para dar conocimientos de informática o religión considero necesario, por ser un asunto que causa muertes, la implantación urgente de una asignatura de educación vial. Los niños desde pequeños deberían aprender las normas y su exigencia, su respeto y su observación, les va la vida en ello.
Hay mucho que hacer y no todo se arregla con radares y sanciones.
Salud.