CicloLitoral 2008: Etapa 3 (Les Deveses del Saler-Playa de Corinto)
Ésta ha sido, hasta el momento, la etapa más dura de esta CicloLitoral. No hemos tenido que sufrir grandes subidas, pero sí otros inconvenientes: bastante viento en contra, las contínuas vueltas y paradas propias de cruzar una gran ciudad como Valencia, pinchazos, carriles de tierra bastante irregulares,...
Salimos tempranito de la playa de Les Deveses del Saler y tras pasar por un par de pueblos (El Saler y Pinedo), llegamos a la zona del Club Náutico de Valencia, donde un guardia civil nos indicó la manera de rodar por carril bici hasta el casco urbano de la capital del Turia. Nada más llegar, nos hicimos unas fotos en la Ciudad de las Artes y las Ciencias (impresionante) y emprendimos el camino hacia el barrio de Malva-Rosa, donde desayunamos copiosamente rodeados por agentes de las policias local y nacional (de ahí el cartelito de la foto del WC...). El mayor inconveniente de esta primera parte fueron el viento y las contínuas paradas en semáforos (poner en marcha una y otra vez una bici cargada de petates es bastante cansadillo).
Tras salir de Valencia, un policia local de La Alboraya nos indicó cómo llegar hasta El Puerto de Sagunto por carriles de tierra, sin necesidad de arriesgar nuestra integridad física en las muy concurridas carreteras de la zona. Tras machacarnos las piernas con el irregular firme de algunos carriles, llegamos a la Playa de Puí§ol, donde nos dimos un refrescante bañito y tuvimos que parar un largo rato para que El Coleta pudiera reparar varios pinchazos de su rueda trasera (recuérdese que es la que va cargada con las alforjas, tienda, saco, aislante,...).
Llegamos a Sagunto a eso de las tres y media de la tarde, donde comimos con Celia (que había llegado para acompañarnos un par de días y llevarnos a cierto concierto del que hablaremos más adelante). Tras el almuerzo descansamos un rato y a eso de las siete de la tarde nos acercamos a Nova Canet, donde hicimos una nueva parada para que El Coleta pudiera saludar a varios amigos y familiares.
Finalmente, emprendimos el último tramo de esta etapa, eligiendo la playa de Corinto para pasar la noche, por ser la única de la zona que tenía un restaurante casi a pie de playa, en el que nos dimos un pequeño homenaje y confraternizamos con su personal. Terminamos esta pequeña fiesta en la playa, donde El Coleta, en un ataque de desbordante simpatía, se encaramó al tractor que limpiaba la playa, trabando una fugaz pero intensa amistad con su conductor...
\ ;-P
Besos y abrazos:
Manuel
Salimos tempranito de la playa de Les Deveses del Saler y tras pasar por un par de pueblos (El Saler y Pinedo), llegamos a la zona del Club Náutico de Valencia, donde un guardia civil nos indicó la manera de rodar por carril bici hasta el casco urbano de la capital del Turia. Nada más llegar, nos hicimos unas fotos en la Ciudad de las Artes y las Ciencias (impresionante) y emprendimos el camino hacia el barrio de Malva-Rosa, donde desayunamos copiosamente rodeados por agentes de las policias local y nacional (de ahí el cartelito de la foto del WC...). El mayor inconveniente de esta primera parte fueron el viento y las contínuas paradas en semáforos (poner en marcha una y otra vez una bici cargada de petates es bastante cansadillo).
Tras salir de Valencia, un policia local de La Alboraya nos indicó cómo llegar hasta El Puerto de Sagunto por carriles de tierra, sin necesidad de arriesgar nuestra integridad física en las muy concurridas carreteras de la zona. Tras machacarnos las piernas con el irregular firme de algunos carriles, llegamos a la Playa de Puí§ol, donde nos dimos un refrescante bañito y tuvimos que parar un largo rato para que El Coleta pudiera reparar varios pinchazos de su rueda trasera (recuérdese que es la que va cargada con las alforjas, tienda, saco, aislante,...).
Llegamos a Sagunto a eso de las tres y media de la tarde, donde comimos con Celia (que había llegado para acompañarnos un par de días y llevarnos a cierto concierto del que hablaremos más adelante). Tras el almuerzo descansamos un rato y a eso de las siete de la tarde nos acercamos a Nova Canet, donde hicimos una nueva parada para que El Coleta pudiera saludar a varios amigos y familiares.
Finalmente, emprendimos el último tramo de esta etapa, eligiendo la playa de Corinto para pasar la noche, por ser la única de la zona que tenía un restaurante casi a pie de playa, en el que nos dimos un pequeño homenaje y confraternizamos con su personal. Terminamos esta pequeña fiesta en la playa, donde El Coleta, en un ataque de desbordante simpatía, se encaramó al tractor que limpiaba la playa, trabando una fugaz pero intensa amistad con su conductor...
\ ;-P
Besos y abrazos:
Manuel