CicloLitoral 2007: Sábado 11 de agosto (Parque Regional de Calblanque)
Hoy ha sido un día perfecto, en el que hemos rodado tan sólo 22 km (y sin grandes cuestas), hemos podido conocer la zona litoral oriental del Parque Regional de Calblanque y hemos disfrutado de un agradable día de playa en una de sus bien conservadas calas.
Comenzamos la jornada a las diez y veinte de la mañana. La primera alegría del día nos la dió la aplicación de rutas del teléfono móvil, al indicarnos que entre Mar de Cristal y el Parque de Calblanque tan sólo había 6 km de distancia, por lo que pudimos rodar bastante relajados. Lo primero que hicimos al llegar a este espacio natural protegido, fue acercarnos al Centro de Gestión de Visitantes, donde una simpática chavala nos indicó todas las posibilidades de visita que ofrece este parque. Tras estudiarlas, nos decantamos por una opción híbrida y suave, siempre cercana a la costa. Un ratito en bicicleta y otro andando por los senderos no accesibles a vehículos motorizados, al objeto de poder llegar a las calas menos concurridas (para nuestro gusto, las más hermosas y, una vez más, las frecuentadas principalmente por nudistas).
Tras llegar a la zona de Negrete, escondimos las bicis en un zulo natural, a los pies de un enorme pie de palmito que se encontraba a un centenar de metros del sendero. Después, andamos un ratito en dirección Oeste hasta llegar a una hermosa cala (de Parreño, creo recordar), en la cual no tardamos mucho en localizar (a lo lejos, casi al final de la misma) una semicueva que nos serviría de macrosombrilla natural para pasar el resto del día.
Junto a su sombra protectora, comimos, bebimos, nos bañamos, tomamos el sol, jugamos con las olas y disfrutamos del espléndido paisaje... hasta las siete de la tarde, momento en el que recogimos las cosas y emprendimos el camino de vuelta a Mar de Cristal.
Como queríamos ver la mitad oriental de la costa del parque, una vez sacadas las bicis de su escondite, tomamos el camino costero de la zona Noreste que parte de la zona de Negrete, hasta que llegamos a Cala Reona, tras pasar por salinas, cañaverales, calas y los acantilados de varios montes que rompían abruptamente en el hoy agitado Mediterráneo (cosas del viento...).
Mañana tocará descanso. No obstante ello, os enviaremos algunas fotos y publicaremos una pequeña crónica, para daros a conocer un par de sorpresas que os tenemos preparadas...
\ ;-)
Besos y abrazos:
Manuel
Comenzamos la jornada a las diez y veinte de la mañana. La primera alegría del día nos la dió la aplicación de rutas del teléfono móvil, al indicarnos que entre Mar de Cristal y el Parque de Calblanque tan sólo había 6 km de distancia, por lo que pudimos rodar bastante relajados. Lo primero que hicimos al llegar a este espacio natural protegido, fue acercarnos al Centro de Gestión de Visitantes, donde una simpática chavala nos indicó todas las posibilidades de visita que ofrece este parque. Tras estudiarlas, nos decantamos por una opción híbrida y suave, siempre cercana a la costa. Un ratito en bicicleta y otro andando por los senderos no accesibles a vehículos motorizados, al objeto de poder llegar a las calas menos concurridas (para nuestro gusto, las más hermosas y, una vez más, las frecuentadas principalmente por nudistas).
Tras llegar a la zona de Negrete, escondimos las bicis en un zulo natural, a los pies de un enorme pie de palmito que se encontraba a un centenar de metros del sendero. Después, andamos un ratito en dirección Oeste hasta llegar a una hermosa cala (de Parreño, creo recordar), en la cual no tardamos mucho en localizar (a lo lejos, casi al final de la misma) una semicueva que nos serviría de macrosombrilla natural para pasar el resto del día.
Junto a su sombra protectora, comimos, bebimos, nos bañamos, tomamos el sol, jugamos con las olas y disfrutamos del espléndido paisaje... hasta las siete de la tarde, momento en el que recogimos las cosas y emprendimos el camino de vuelta a Mar de Cristal.
Como queríamos ver la mitad oriental de la costa del parque, una vez sacadas las bicis de su escondite, tomamos el camino costero de la zona Noreste que parte de la zona de Negrete, hasta que llegamos a Cala Reona, tras pasar por salinas, cañaverales, calas y los acantilados de varios montes que rompían abruptamente en el hoy agitado Mediterráneo (cosas del viento...).
Mañana tocará descanso. No obstante ello, os enviaremos algunas fotos y publicaremos una pequeña crónica, para daros a conocer un par de sorpresas que os tenemos preparadas...
\ ;-)
Besos y abrazos:
Manuel
:)