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" La nevera interactiva " ( by Alargaor )

Vuelvo del currelo con luz de luna, las de cruce, las de la calle, y otra anaranjada pequeñita que sale tenue del loro del carro que me conduce. Dicho esto, no creo que haya más luces en este relato.

Llego al portal de casa y empieza el surrealismo de andar por ella. Si es que lo logro. Entrar, digo.

Al intentar introducir la llave en la cerradura, me doy perfecta cuenta de los escasos otros pocos sitios en los que podría meterla.
Pero mi lógica falló, pues de improviso veo salir del ojo de pez del portón y hacia fuera un letrerito rarísimo.

Si ya de por sí es bastante incomprensible que un trozo de madera tenga un solo ojo de pez, cual Polifemo travestido en choco disfrazado de puerta, peor será ahora tener que pasarle cientos de cartuchos de tinta y tantos A3 en blanco como me vaya ahora la tesnológika puerta demandando.
El letrerito dice, por escrito, no se me alarmen:
- "Identificación?"
alargaor: - ¡¡ Jo, venga, ábrete ya !!
Al instante sale otro letrerito, esta vez con visos de mayor normalidad, o sea, por debajo de la puerta:
"¿Su clave?"
- Ya la metí, y le di dos vueltas pal lao correcto. Así que ábrete ya. O te empujo a mala ostia.
De la ranura me sale ahora otro papelito:

"¿Desea que le recuerde su clave?"
- ¡¡¡ Veenga vaale !!!!
"¿Cuál es su restaurante favorito?"
- A ver, joder, (reconozco que tuve que decirle los tres que conozco, pero nada). Al rato, ya casi sediento, también de ira, le digo de coña: "Las candelas"", y va y se me abre como la seda en lejía.

Por fín logro entrar en mi propia casa. Voy directo al frigorífico, y de repente la nevera me saca otro letrerito, que esta vez empuja a mi cabrita cabrales de cerámica imantada -que en su día coloqué muy
originalmente con esmero en la misma puerta, así como creo haber visto en su interior un plato de calamares a la riojana pasadito de rosca. Así como, (de la nevera). (Yo y mucha gente). Pero esto creo, a renglón pasado, haberlo ya dicho antes. (Así como...)

El cuadro "El Jardín de las delicias" de el Bosco tiene muchísimas menos figuritas que esa puerta de mi nevera.
Suelo flipar con esas figuritas tan súper-súper, superpuestas.

Y me hace gracia cuando ocurre que, de tanto abrir y cerrar mi nevera con fuerza, la cabra se vira pa un lao y le planta las tetas al busto del Papa que me trajo mi madre de Roma. La de aquí ya me había regalado una preciosa blanca paloma, pero no de cerámica, de purito fosfoyeso.
Y que me decís de ese pedazo de Papa bajo las ubres de la cabra cerámica, si debajo de "ÉL" vas y lees: "Totus tuus". ¿Eh?, ¿Qué os parece?...Hombre, deja argo pa los demás, ¿no?, pensé.
Pero dejemos a un lado de la puerta, la zoofilia der papa, y demás extravagancias, que sigue hablando la nevera.

(La Nevera): "¿Actualizaste tu protección antivirus?"
- ¿Qué pasa, que ya me jodiste los calamares y los guisantes...?
La Nevera:(Haciéndose la loca): "¿Quiere que le explore ahora mismo todos los tuppers del congelador?"
-alargaor: Siempre que no me montes una reunión de plásticos....

Como quiera que no se me abre esa dichosa puerta, le doy un tirón al cable consiguiendo desenchufarla, logrando quitarle por fin ese poder que antes tenía la frígida ésa.

Al ratito vuelvo a enchufarla antes de que ella cabilase mostrarme otro letrero inquisidor de esos.
La abro violentamente, y ahora se cae el Papa al suelo de la cocina, así como una fanta de limón que me deja el suelo empapado de un líquido espumoso del que sobresale la cara y los brazos del santo padre nadando a mariposa.
Pero la peor parte se la llevó la cabra: quedó con los cuernos más destrozaos que el usuario principal de esta cantosa nevera interactiva, tan comunicativa como intransigente.

Por fín me siento a comer todo lo que pude salvar del frigorífico y percibo ahora que de la panera está saliendo otro extraño letrerito. Lo leo.
Era la nevera, que me mandaba por fax inalámbrico la siguiente notita: "Que si quieres un pincho de Paté, o lo prefieres mejor de roquefort que está más rico".
-alargaor: De roque mismo.
He de deciros que el pincho roque estaba de verdad de la muerte en la nevera.

Salgo de casa, bajo la basura a la calle y, ya que me coje de camino, me acerco al bar. Pido un mojito y de repente todas las ventanas del local empiezan como locas a parpadear en colores brillantes.
Distingo con dificultad algunas pocas letras, a pesar de sus enormes tamaños, de tan rápido como parpadean.
Creo que anuncian, -yo diría mejor que advierten encarecidamente de algo-, o nos publicitan, o deben de decirnos tal que: "Happy hour en el Pub Pécan a las siete de la mañana. Todos los Lunes."; o esto otro: "Próxima tocata en el café El Megawatio el 6 de Enero. De 9 a 11 de la mañana."; o: "La tasca Ofito Ruiz destruye su afamado mosto, sirviéndose desde hoy únicamente cerveza alemana de marca".

Cuando intentábamos histéricos cerrar esas dichosas
ventanas, de súbito se nos volvían a abrir más y más contraventanas, impactándonos con más y más rótulos cegadores, brillantes y parpadeantes.
De ese bar salí por patas que es exactamente como Dios me dió a entender que se sale más rápido.

Regresé al hogar de mis sueños y me dije: Chacho, si en vez de picar aquí -con trabajito, eso sí- un pincho roque, llego a picar en ese bar una tapa de www.higaditosdesexo.cómemetoitoto.com, todavía estaría cerrando ventanas, o gastándome la paciencia -y una pasta- en limpiacristales.
archivado en:
Pedro
Pedro dice:
14/02/2005 21:53

Siempre hubiera sido peor un bidé interactivo y poco amable.

alargaor
alargaor dice:
14/02/2005 22:41

¿Qué es bidé? ¿Una ilusión, un frenenó quizá?...Ala vi, ala va, la lavadora, la lavadora, y naadie-más.