Yermos de Castilla
Apenas queda pan sobre la mesa
de los pobres: una horda de felones
está con él colmando los arcones
del clérigo, el banquero y la marquesa.
Y, en tanto las migajas con aviesa
codicia ya se apropian los hampones,
el pueblo ninguneado, en procesiones,
charanga y pandereta se embelesa.
Torpe pueblo español, triste borrico
devoto de Frascuelo y de María,
pueblo de circo haciendo apostasía
del hacha vengadora, pueblo rico
sólo en hacer babeante adoración
de aquellos que han de helarle el corazón.
Ilustración: cortesía de Agustín Casado.