Los sonidos del estrépito
en son de paz dicen surcar los cielos
cómo no bendecidos por ese dios de dioses
el mercado
pero
qué estrepitosa partitura
la de sus sones mansos
qué extraños los violines los timbales
el arpa el clarinete o el piano
diríanse sus notas
silbido de metralla
misiles estallando
fragor de huesos rotos
y el llanto inconsolable de tullidas
plañideras a coro declamando
su inenarrable pánico
no obstante deben ser mi parco oído
y escasa formación musicológica
las causas que me impiden que disfrute
la música sin tacha de esta orquesta
de hipócritas y ruines mercaderes
y ser parte del público que aplaude
a punto del orgasmo su mezquina
y obscena sinfonía a la tristeza