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Las autoridades sanitarias advierten...
ME COMENTA mi amigo Santi -ese camionero sabio al que ya me he referido en alguna que otra ocasión anteriormente- que no alcanza a explicarse, tan preocupados como últimamente se muestran todos ellos por la salud del ciudadano, cómo es posible que no se le haya ocurrido aún a ningún gestor de lo público la idea de colocar, a modo de la que aparece en los paquetes de tabaco, una leyenda para el resto de los productos que consumimos a diario en la que dijera algo así como "LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN QUE EL CAPITALISMO MATA".
"Porque el Capitalismo, Rafa, ¿no me dirás que no?, mata. Mata de hambre, de malaria, de miseria, envenenándolo todo, en guerras, llamadas cínicamente preventivas, cuando van dirigidas al expolio. Mata a base de desahucios, de cartas de despido, de depresiones, que acaban derivando en infartos, muertes súbitas y suicidios. Mata en los países empobrecidos, y mata también, aunque no lo den en las noticias, aquí en España. Y, si no hacemos nada para enfrentarnos a ese virus letal, a esa pandemia, seguirá matando más y con más fuerza con cada nuevo día que pase."
"El Capitalismo -continúa- es el mayor asesino de la Historia, Rafa. Es terror, la esencia del terror, terrorismo, puro y duro, amparado por las mal llamadas, por tan injustas, leyes de mercado. Y, dado que -concluye-, en lugar de condenar abiertamente esa violencia, ese ignominioso terror que parece no tener límites, se dedican permanentemente a hacer apología del mismo y a colaborar sin escrúpulo alguno con sus postulados, lo que tampoco podré llegar nunca a entender es cómo a esos dos grandes partidos de la alternancia sin alternativa que sufrimos en nuestro país se les permite por parte de la fiscalía concurrir a unos comicios electorales. Porque ya sabes como están las cosas en ese asunto. Pero no me hagas mucho caso, ya ves que estoy un poco bebido, y sabes bien que cuando tengo encima una copita de más no se me ocurren más que estupideces y arengas sin sentido".
Yo, sin nada que añadir, atónito, profundamente emocionado y sin palabras, en tanto pienso en lo que se están perdiendo Ramonet y "Le Monde Diplomatique" en favor de la movilidad insostenible, sólo puedo asentir con un gesto, justo antes de darle un fuerte abrazo e invitarlo a otra cerveza.