La patria roja
Yo nunca he padecido las desdichas
Que fraguan la excelencia de un poeta:
Ni el hambre, ni el presidio, ni la guerra
Ni el lúgubre hipogeo del destierro.
Yo sólo, eterno, sufro el desarraigo
Del rojo territorio de una patria
Que nunca me acogió entre sus latidos
Y ha sido devastada de destiempo.
Y, ajeno a la impiedad de los dictados
Que imponen condiciones a mi exilio,
Me vuelvo a cada instante hacia Sodoma,
Y, estéril de salitre, mi mirada
Se vierte en pétreos versos de añoranza
Carentes de grandeza y sin destino.
Bueno... eso de "carentes de grandeza" no eres tú quien debe decidirlo; deja a los demás y al reloj del tiempo que lo hagan. En cuanto al "destino", tampoco te corresponde, porque... aún no acertando ni poco ni mucho, ya hay, a día de hoy, gente que admira tu trabajo, y mucha.
UN ABRAZO