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La Ciudad Deportiva sin Movimiento

Comencé a frecuentar la Ciudad Deportiva de Huelva hace ya más de 30 años, cuando Ángel me convenció para que jugase a baloncesto en el Gil Martín, sin que yo hubiera tocado antes un balón de baloncesto en la vida. Fue en el inicio de la transición y la Ciudad Deportiva recién dejaba de ser del Movimiento para comenzar a ser de la naciente Democracia, tan ilusionante entonces, aunque después algunos radicales no podamos más que estar decepcionados. Pero la Ciudad Deportiva seguía teniendo movimiento, mucho movimiento, y, aunque sus instalaciones eran bastante deficientes, aquello era un hervidero de chavales haciendo deporte. En esa época se fraguaron el Veracruz de voleibol, que hizo historia en nuestra ciudad, el Atalaya que, en parte, fue después germen del Cajahuelva de Baloncesto, equipos de fútbol, de balonmano… Y todos formados por gente de Huelva, la cantera, el deporte de base, que a más de uno, aunque tampoco fuimos santos, nos quitó quién sabe de que caminos perversos asociados al alcohol o la droga. Era poco frecuente que sólo una de las pistas deportivas o el campo de fútbol estuviesen desocupados.

No sé si en aquella época habría algo parecido a lo que se ha dado en llamar política deportiva, ni cuanto presupuesto dedicarían las administraciones públicas a que, los que allí nos conjurábamos por la diversión, la educación deportiva, que es cultura, y la vida pudiésemos hacer deporte. Pero éramos muchos y no nos costaba ir allí a desfogar ni una sola de las desaparecidas pesetas. Sólo había que pagar, creo recordar, por usar la piscina y las pistas de tenis, aunque, tal vez, también puede que hubiese chavales que nadaban y le daban a la raqueta gratis.

Demos un salto en el tiempo. ¿Qué ocurre treinta años después en plena segunda modernización, con Andalucía actuando como motor de España y casi de la Unión Europea, según pregona en su propaganda institucional el Gobierno de Andalucía? Pues, pásese usted por allí y lo verá con sus propios ojos: pistas deportivas habitualmente tan deshabitadas como el desierto del Kalahari.

La Ciudad Deportiva de Huelva está en la actualidad gestionada, por decir algo, por la Empresa Pública de Deporte Andaluz, S.A., que es un satélite de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. El “haber” presupuestario de dicha empresa, asciende para el año 2006 a 21.715.007 euros –para entendernos más de 3.600 millones de las antiguas pesetas- y con este presupuesto debe gestionar siete instalaciones deportivas en Andalucía: tres en el Centro de Alto Rendimiento de la Cartuja en Sevilla (instalaciones deportivas de remo y piragí¼ismo, de rugby y atletismo, y residencia de deportistas), una en Málaga (Centro de Tecnificación Deportiva de Carranque), una en Linares (Centro de Actividades Náuticas La Garza) y dos en Huelva (la Ciudad Deportiva y el Centro de Actividades Náuticas –el Club Náutico de toda la vida). Bueno, pues si dividiésemos por siete ese presupuesto, aunque esto sería mucho dividir, a la Ciudad Deportiva le corresponderían, y ya voy a hablar en pesetas, 516 millones, algo menos de millón y medio al día. Esta cantidad puede parecer poco o mucho, según quién la evalúe, pero desde luego para una Ciudad Deportiva sin movimiento, sin actividad, sin fomentar realmente el deporte, es un dinero prácticamente tirado a la basura, el cual, en gran parte, financiamos todos los andaluces, pues más de las tres cuartas partes de ese “haber” presupuestario proviene de subvenciones y transferencias de la Junta de Andalucía.

Hasta el año pasado, lo único que venía, más o menos funcionando en la Ciudad Deportiva, a pesar de no dársele prácticamente ninguna promoción ni publicidad, era la piscina. Hubo una época que casi durante todo el año, gracias a una especie de carpa que se le colocaba en invierno para climatizarla, la cual se la llevó un temporal y nunca más se supo, y después sólo en verano. Eso sí, pagando, con lo que pagábamos dos veces, pero bueno. Después, tras el carpetazo (entiéndase, el vuelo de la carpa), tan sólo los meses de verano. En estos meses se impartían unos cursos, con muy poca asistencia por cierto (como no se publicitaba, pues ya se sabe), y había la posibilidad de nado libre a través de la compra de unos bonos.

Bien, pues este año, la primera noticia fue que, probablemente, no hubiera cursos. Se ve que a la Empresa Pública le sale más rentable no hacer nada que tener que pagar, por cierto, bastante mal, según tengo entendido, a los monitores que impartían esos cursos, los cuales eran nadadores del Club Natación Huelva, club que como contrapartida, supongo, entrenaba en la Ciudad Deportiva sin que le resultase muy oneroso. Tras esto, pues nada, con tal de que los niños puedan hacer un poquito de natación, que según dicen es uno de los deportes más completos, muchos padres, supongo –al menos algunos que yo conozco sí-, se han interesado por saber cuando se puede acceder a la piscina para el nado libre, aunque tengan que actuar de improvisados y puede que poco pedagógicos monitores. Pues, a tres de julio, nos dicen que puede ser que la piscina tampoco se abra para el nado libre y que, de momento, está sin agua. Será por cumplir el Decreto de la Sequía, digo yo. O que la tarifa del agua es excesiva para el ajustado presupuesto de la Empresa Pública Deporte Andaluz, S.A. ¿O será también en parte porque en los doce meses que van desde abril de 2005 al de 2006 se ha gastado más de dos millones y medio de euros, casi 450 millones de pesetas en contratos de publicidad institucional por parte de la Empresa?

¡Ay!, esta Andalucía tan, ya por dos veces, modernizada y con ese motor de 16 válvulas. Después nos extrañamos del botellón o de que nos eliminen en octavos en la copa del mundo de fútbol. Menos mal que nos queda Alonso. Triste consuelo.
archivado en:
agariro
agariro dice:
03/07/2006 22:55

jeje, sí ahora el presupuesto va a autopistas sobre pinares, para que nuestros hijos vayan a toda ostia con sus motitos y sus cochecitos para que algun día puedan participar en el ¿deporte? del motor y ser grandes estrellas de la tv.