Incivilis
En el vientre de este monstruo,
Que han parido las ruinas
De la ciudad y los hombres,
Impera
La soledad;
Una orfandad sin mirada
Urdida en la muchedumbre.
Sin corazón,
Yo,
También,
Soy parte de su alimento;
Desolado.
Me despoja cada día
De un trocito de alma viva
Que deglute corrosivo
Entre saliva homicida
Para después
---------------- Lentamente
Deleitarse con la sal
Que arde en sollozos sin ojos.
Enmudecen las alarmas
Porque nadie las percibe,
Sólo el que está
Solo.
¡Cuán solos estamos todos!
Que han parido las ruinas
De la ciudad y los hombres,
Impera
La soledad;
Una orfandad sin mirada
Urdida en la muchedumbre.
Sin corazón,
Yo,
También,
Soy parte de su alimento;
Desolado.
Me despoja cada día
De un trocito de alma viva
Que deglute corrosivo
Entre saliva homicida
Para después
Deleitarse con la sal
Que arde en sollozos sin ojos.
Enmudecen las alarmas
Porque nadie las percibe,
Sólo el que está
Solo.
¡Cuán solos estamos todos!
Magnífico poema, Rafael.
MARTA