En la ausencia inmediata
En un cielo sin aire abrir las alas
Igual que un astro ciego condenado
A alzarse sobre el mar para, abatido,
Hundirse entre las olas cada ocaso.
Sobre campos baldíos donde nunca la lluvia
Fecundó con su lumbre una semilla,
Alzar el vuelo con la urgencia estéril
De saber que al llegar desfallecido
Junto al índigo claro de las nubes,
La impúdica intuición de un horizonte
Que yace inalcanzable en lo fingido,
Hará que el ala ruede con su carga,
Maldita y sin timón, hacia el abismo.
Alzarse con premura como una ola
Que ansiando la ternura de la arena,
Se rompe contra el canto de una roca.
¡Joder, Rafa! Parece un Ícaro, un ángel maldecido...
UN ABRAZO