De corralitos y cefalópodos
Tras la irrupción del gobernador del Banco de España en la campaña electoral al Parlament de Catalunya, amenazando con corralitos en el caso de producirse la independencia catalana, ahora entra en liza Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol, advirtiendo que "Si se rompe España, se rompe La Liga."
Y, ante tanto dislate, resulta complicado dilucidar cuál de ellos ha estado más desafortunado. Porque si intolerable resulta la extorsión manifiesta perpetrada por Luis María Linde, tanto o más lo es la estulticia superlativa de la que hace gala con sus declaraciones, el directivo rompecueros.
Porque si las amenazas de un sujeto que debería permanecer neutral y mantener la boca bien cerrada en cuestiones que no le corresponde valorar en público, no son de recibo, introducir en el debate electoral el tan manido, estúpido y fuera de lugar asunto del Fútbol Club Barcelona jugándose la Liga catalana contra la Unió Esportiva Llagostera es para mear y no echar gota. Porque ¿qué tendrán que ver las churras con las merinas? ¿O la panceta con la inercia?
Pase que, fruto del profundo analfabetismo político del que parece adolecer buena parte de la sociedad española, este tan falso como necio debate se reproduzca en la barra de las tabernas como moscas en septiembre. Porque de algo hay que hablar entre cerveza y cerveza, y la filosofía y la literatura son temas muy tediosos. Pero de ahí a que un individuo que parece pensar más con los pies que con la cabeza, en plena campaña electoral, venga a airear ante los medios de manipulación masiva cuestión tan nimia como si se tratase de un asunto vital de Estado, desviando de este modo la atención de lo realmente relevante "como la extorsión permanente a la que, más allá de campañas electorales, las mafias del totalitarismo financiero someten a los pueblos de España y del mundo" median siete pueblos. Menuda pasada de frenada la del cefalópodo.
Nunca he creído en patrias, banderas ni fronteras. Porque siempre he procurado valorar lo que nos une a los seres humanos y no lo que nos separa. Pero, visto lo visto, estoy comenzando a sopesar muy seriamente la posibilidad de, también yo, declarar de forma unilateral, la independencia de la república de mi casa.