Los puentes
Anda la derecha política reivindicando un tercer puente sobre el Odiel. Yo, si se trata de un puente para poner por fin una vía para el ferrocarril, me apunto con la pancarta. Que ahora, los del PP le han cogido el gustillo a la cosa y a mí me encanta manifestarme.
Pero va a ser que no; va a ser que quieren fabricar otra gran vía de hormigón para que los todoterrenos de moda lleguen cuanto antes a atascarse en el leroy. Quieren facilitar y fomentar el crecimiento del parque móvil en la provincia, que todavía no llegamos a los niveles de co2 del protocolo de Kyoto. Que no llegamos a la media de Europa en accidentes de tráfico. Vengan coches amontonados.
Si el sr. Barragán piensa que la solución a los atascos es hacernos con otro puente para llegar cuanto antes al embotellamiento de La Bota, es que es de los que se quedan mirando el dedo cuando se está señalando la luna. Puede parecer que es de los prefieren gastar fortunas en chanel en lugar de ducharse de vez en cuando con agua y jabón. La derecha es lo que tiene. ¿De verdad está ahí la solución? ¿No es más inteligente atajar el problema desde su causa en vez de maquillar las consecuencias?
¿Y si empezáramos a pensar un poquito en el resto de la humanidad y orientamos nuestro modo de vida en derrochar algo menos de energía perecedera y contaminante y pusiéramos en marcha una cultura del transporte compartido y menos agresivo con nosotros mismos? ¿Y si el problema fuera el exceso de coches privados y no el número de carreteras? Digo yo.
Pero va a ser que no; va a ser que quieren fabricar otra gran vía de hormigón para que los todoterrenos de moda lleguen cuanto antes a atascarse en el leroy. Quieren facilitar y fomentar el crecimiento del parque móvil en la provincia, que todavía no llegamos a los niveles de co2 del protocolo de Kyoto. Que no llegamos a la media de Europa en accidentes de tráfico. Vengan coches amontonados.
Si el sr. Barragán piensa que la solución a los atascos es hacernos con otro puente para llegar cuanto antes al embotellamiento de La Bota, es que es de los que se quedan mirando el dedo cuando se está señalando la luna. Puede parecer que es de los prefieren gastar fortunas en chanel en lugar de ducharse de vez en cuando con agua y jabón. La derecha es lo que tiene. ¿De verdad está ahí la solución? ¿No es más inteligente atajar el problema desde su causa en vez de maquillar las consecuencias?
¿Y si empezáramos a pensar un poquito en el resto de la humanidad y orientamos nuestro modo de vida en derrochar algo menos de energía perecedera y contaminante y pusiéramos en marcha una cultura del transporte compartido y menos agresivo con nosotros mismos? ¿Y si el problema fuera el exceso de coches privados y no el número de carreteras? Digo yo.
Bueno y eso no es todo, yo no se de donde sacan a estos conductores quejicas que en cuanto su coche no fluye a 120 y se ven atascados están reivindicando desdobles y puentes y autopistas (en el mejor de los casos piden una mejoría del trazado debido a la alta siniestralidad), y después los politicastros para contentar dicen: "esto será un gran auge de intercomunicación". y cemento al canto.
Últimamente también están pidiendo mejoras de comunicación en las carreteras que van a matalascañas, porque es que cuando van a su playita se atascan, y al lince que le den por culo.
Aquí el transporte público se asemeja más a latas de atunes porque ponen sólo los autobuses que a ellos le convienen y cuando saben que van a ir llenos hasta la bola.
Después viene un turista a huelva y quiere coger transporte público dinámico para ir y volver a cualquier parte y algo hay y no hay y a ver si encuentran la parada.
Entonces parece que el problema no es que hay pocas carreteras sino que hay demasiados coches y poco transporte público y además monopolizado.