La fama cuesta
Cacuito sufre recurrentes terrores nocturnos. Sueña con una negraca que hace tronar un bastón contra el suelo de parqué, a la advertencia amenazante de "Buscáis la fama". Entonces despierta, y contempla Cacúa como una oceánica escuela de artes escénicas, donde todos quieren triunfar y marcarse unas coreografías improvisadas alrededor de rotondas con fuentes. Para ello, los representantes de los ciudadanos deben exhibirse en revistas como una Pataky robada; marcarse un ameno baile de traje y corbata con King África; luchar como una mujer por hacerse con el papel protagonista, que la desencasille del rol de florero. Son autodidactas. No contaron con profesores formados y enrollados. Ni un mal Shorowsky. Todos buscan la fama. Pero la fama cuesta. Algunos ya empiezan a pagarla. Con sudor.
Incisivo, corrosivo, caústico, con su pimienta y su mijita de guindilla. GENIAL. Pocas palabras para quien quiera entender.
Un abrazo.