Familia

Cacuito, en navegación telemática, ha espiado que la organización HazteOir.org y el Foro Español de la Familia convocaron nuevas concentraciones en defensa de su chato, falaz y demagógico concepto de familia. Picados porque hoy el congreso a buen seguro aprobará la polémica ley (que ellos, en una pirueta democrática, denominan “anti-familia”) pasearán por las calles de España el atávico miedo humano de lo que se desprecia por ignorancia (la homosexualidad, en este caso), con la pueril excusa de que, en insuperable exhibición apocalíptica, asistimos al fin de la institución familiar e incluso de la sociedad (y vaya usted a saber qué es eso).

Estas organizaciones, lícitamente agitadoras como cualquier otra de, digamos, talante más progre, se presentan (en otro alarde de originalidad) como amiguetes “que creen que un mundo mejor es posible”, desprovistas de ideologías pero sin embargo inspiradas “en las ideas y propuestas del humanismo cristiano”. Un discurso ingenuo, incongruente pero no por ello criminal como una nueva edición de OT. Urticarias amenazan a Cacuito cuando un menda u organización de mendas menta que no tiene ideologías, porque conoce que tras esa máscara de no-intenciones se esconde el simple afán de jamás ofrecer explicaciones sobre la arbitrariedad de sus acciones, o porque actúan bajo el influjo del instinto más animal sin domeñar. Hasta la hija de cinco años de Cacuito sabe y reconoce que cuando elige desayunar cereales de chocolate en lugar de barritas dietéticas está desplegando una ideología. Pero ella, de momento, sólo pertenece a la secta de Las Supernenas.