Crónica de las arenas
Cacuito aparca la pandereta y lee esta navidad la novela Crónica de las arenas, del almonteño Juan Villa, publicada por la Fundación José Manuel Lara en su colección Andalucía Abierta. Engolfado en la minuciosidad de su prosa, en el rico, revelador y exacto vocabulario y en la audacia estructural, rememora a Faulkner, Dos Passos, Vargas Llosas, García Márquez o Rulfo. Admira la capacidad para construir una trama (incluso un lenguaje) hechizante, documentada en la Doñana de la posguerra pero sin renunciar a la imaginación en la descripción de tipos y escenas. Una novela dinámica cuyo motor es el miedo, el cangue de una época poblada de fantasmas anónimos, lambuzones, desarrapados, arrumbados, tiernos. Una obra, paradójicamente, viva, a la que deseamos toda la suerte que merece (mucha). Y una peli con todos sus avíos y un viaje de extras.
He leído la novela y me ha transportado a ese tiempo oscuro en que transcurre, pero la grandeza de la literatura hace posible que esa oscuridad se diluya ante la estupenda narración.
El paisaje del libro es el paisaje de mi juventud, ahora cuando miro los eucaliptos puedo sentir el dolor de los que los plantaron, y la historia por fin ocupa su lugar en ese prodigioso paisaje.