De tanto soñar en azul se nos nubló la visión y no supimos ver los grises. Como decían Golpes Bajos, son malos tiempos para la lírica.
Pues yo creo que es un defecto de fábrica, del fabricante o de la materia prima de dónde salió el ser humano. Nos faltan algunos tornillos, como el de la solidaridad, el respeto, la tolerancia,...Es que los sueños no deberían ser tan egoistas.
Yo observo dos partes en el poema: una, obra del hombre/mujer y otra del destino. Contra la segunda, no sé, pero en la primera, si sabemos cómo hacer para que haya cielo y sabemos cómo pintarlo de azul, otra cosa es que no lo hacemos, por qué, vuelvo a lo de los tornillos.
Precioso poema, Benito.
Un beso y tas perdonao por no venir a lo de la lectura.
Porque ese cielo azul que todos vemos,
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!
Bartolomé Leonardo de Argensola.
Abrazos.