"Aire condicionado"
Nuevamente miro al cielo, nuevamente venteo el aire, nuevamente me rasca la garganta. Nuevamente llamo por teléfono, nuevamente no pasa nada. Nuevamente reculo intranquilo.
Porque si hay que correr, huir, volar... porque si hay que dar la razón al catastrofismo y sumergirse en un refugio... porque si hay que luchar con rabia, con convencimiento... porque si lo porqués aparecen amenazantes.
Pero nuevamente no pasa nada. Vivo en un octavo con vistas al aire condicionado. El aire contaminado que ataca a todo ser viviente sin condición.
Otra persona más se suma a la lista de damnificad@s. Otra respiración que renquea, otro cuerpo al que no le llega en condiciones el aire. Porque el aire de Huelva está condicionado.
Condicionado a que prioridades mezquinas manipulen la opinión pública para que la salud sea un derecho de segunda clase. Condicionado a que la valentía aparezca en los políticos, la coherencia en los que levantamos de vez en cuando la voz, la sensatez en la masa. Condicionando que la salud sea un deseo, tan sólo un deseo.
Y si os llamo otra vez por teléfono casi voy a preferir, en mi manía autodestructiva de querer llamar a las cosas por su nombre, voy a preferir que me digáis que sí, que pasa algo. Que el aire está condicionado y que hoy la condición que se ha impuesto para que podamos respirar bien no me la vais a decir, pero que existe (en lejanos centros de decisión, en largas mesas de caoba).
(Un día, tras recordar mis múltiples telefonazos al Centro de Coordinación de Emergencias de Huelva)
Porque si hay que correr, huir, volar... porque si hay que dar la razón al catastrofismo y sumergirse en un refugio... porque si hay que luchar con rabia, con convencimiento... porque si lo porqués aparecen amenazantes.
Pero nuevamente no pasa nada. Vivo en un octavo con vistas al aire condicionado. El aire contaminado que ataca a todo ser viviente sin condición.
Otra persona más se suma a la lista de damnificad@s. Otra respiración que renquea, otro cuerpo al que no le llega en condiciones el aire. Porque el aire de Huelva está condicionado.
Condicionado a que prioridades mezquinas manipulen la opinión pública para que la salud sea un derecho de segunda clase. Condicionado a que la valentía aparezca en los políticos, la coherencia en los que levantamos de vez en cuando la voz, la sensatez en la masa. Condicionando que la salud sea un deseo, tan sólo un deseo.
Y si os llamo otra vez por teléfono casi voy a preferir, en mi manía autodestructiva de querer llamar a las cosas por su nombre, voy a preferir que me digáis que sí, que pasa algo. Que el aire está condicionado y que hoy la condición que se ha impuesto para que podamos respirar bien no me la vais a decir, pero que existe (en lejanos centros de decisión, en largas mesas de caoba).
(Un día, tras recordar mis múltiples telefonazos al Centro de Coordinación de Emergencias de Huelva)
Andi:
Mi condición de columnista en esta página, mi coherencia personal ante los hechos que nos circundan, mi posicionamiento político, creo que claro y sin tapujos en multitud de colaboraciones y artículos en prensa, me llama a contestar tu artículo en dos partes:
1º.- Respecto al fondo del mismo, la calidad del aire que a veces respiramos los moradores de los entornos industriales, no voy a descubrir nada nuevo, porque ya lo he dicho muchas veces en los foros donde debía, el último, el sábado 2 de diciembre, ante la Federación de Asociaciones de Vecinos de Huelva, que reúne a 43 asociaciones vecinales de la capital y, con los que celebré una jornada, donde, entre otras cosas se habló de este tama y además, del nuevo proyecto inmobiliario que se pretende hacer en el Ensanche. Por lo que, sobre dicho asunto, te remito al contenido de mis palabras en esa jornada que pueden serte aportadas por la Presidenta de dicha Federación Isabel Redondo, o, en su caso, por cualquiera de los representantes de las 43 asociaciones que participaron.
2º.- En mi condición de Director del centro de Coordinación de Emergencias de esta provincia, debo decirte que sería muy extenso explicar aquí, cuáles son las competencias que dicho Centro tiene, y entrar en discusión sobre algo que no es graciable sino que viene dado por la legislación vigente.
La responsabilidad de la calidad del aire no es competencia del Centro de Emergencias, lo mismo que no lo es el hecho de que haya más o menos alteración del orden público, robos, accidentes de circulación, concentraciones de personas que puedan generar situaciones de riesgo, accidentes marítimos, derrames de hidrocarburos ne las costas, atentados, terremotos, nevadas y, un largo etcétera que te ahorro, por no cansarte.
Lo que quiero decir es que la tarea preventiva en cuanto al control de las circunstancias que pueden, potencialmente,generar un riesgo a las personas, los bienes o el medioambiente, es competencia de la administración (local, autonómica o estatal) que tiene asumidas por Ley el diseño, planificación, inspección y control de dicha actividad. Y que, en ningún momento, eso tiene nada que ver con el centro de Emergencias, cuestión con la que podrás estar de acuerdo o no, y que yo respeto, pero que es así.
La tarea del Centro de Emergencias es tener previsto los recursos humanos y materiales que hubiera que poner en marcha ante situaciones de emergencias, catástrofes o calamidad públicas, en los que pueden verse afectadas las vidas de las personas, y siempre que, se ponga en marcha, por la autoridad competente el Plan de Emergencia y los protocolos que hay previstos, y, espero que no dudes de su existencia, ante esas circunstancias si se dieran.
Como el tema no es fácil de hablar por su extensión, te invito a que llames al Centro de Emergencias y que cerremos una cita, no sólo contigo, sino con todas las personas que desees y podré explicarte la tarea que día a día, y desde 1994, viene realizando este Centro, de forma callada y silenciosa, como corresponde a una institución de estas características.
PACO HUELVA