Yuigon
Mis poemas son pésimos, lo admito.
Se nutren de la urgencia en lo precario,
Y ahí pierden su sentido:
La aséptica distancia
Que dota de excelencia a la poesía.
Pero eso me la suda, compañeros.
No escribo por ganarme así la vida,
Tampoco para ser memoria póstuma,
Ni lo hago por abrirme un sucio hueco
En este basural que es ya el Parnaso.
Nunca lo hago a favor, siempre escribo a la contra.
Escribo contra el mar, contra la muerte,
Contra este afán sin tregua de holocausto
Que anega mis anhelos más profundos.
Escribo contra lo imposible,
Contra
La voz de los silentes.
Mi verso brota a arcadas,
Nauseabundo,
Quebrado, inadecuado,
Tosco, anómalo:
No cabe perfección que alumbre el vómito.
Quizá por tal motivo,
Rendido a la conjura de los necios,
Escribo esta elegía entre penumbras,
Con la pluma en la izquierda,
Y en la diestra, el cuchillo.
¡Manga güevos y akojona tako lo ke diche la wiky der Yuigón! Ni te socurra dejar de parir esos peaso sonetos (o aquellos otros), haikus urbanos, y/o ordenación del territorio vírgen que sos vos toito to. Asín ke never stop, VEHEMENTE León.
Sake y boLeón. Bss.