Bonito aserto Rafa, como siempre. El fin de semana este continuamos tarea, abrazo.
PACO HUELVA
Yo conocí un caso parecido. En esa ocasión el corazón se encogió hasta quedarse como una canica, después desarrolló una costra dura y metálica alrededor del órgano, se convirtió en un corazón impenetrable, aislado, hasta el punto de no percibirse ningún latido, empequeñecido y gris. Sólo empezó a recuperarse cuando aprendió a perdonar.
Extraordinario Rafa.
Nos vemos el miércoles.
¿Cuando aprendió a perdonar o a perdonarse?
Buen día a todos -y todas-
PAQUITA
Es el tiempo, creo, el que enseña a perdonar, o tal vez el impacto súbito e inesperado de una ilusión renacida.
Mejor lo segundo, "spammerman", ¿no? no sea que no haya lugar para lo primero
Rafa, éste es el mejor. Con diferencia
Tea brazo
MAR-IA
Efectivamente Sofía, yo también apostaría por lo segundo,aunque haya que salir a buscarlo, que lo primero es incierto y, en ocasiones, demasiado breve.
Vino y besos
No, Lucía, la del lúgubre aliento de frío acero no tiene corazón. ¿El puño?, el izquierdo, sin duda. Y, aunque en esto como en otras tantas cosas me siento confuso, es probable que sea por lo que comentas por lo que nos pertrechamos en la insensibilidad (quién pueda, claro).
Por otra parte, creo que más que aprender a perdonar y a perdonarse, es necesario reducir el ámbito del concepto de pecado. No es pecado todo lo prohibido, ni tampoco lo es sentir.
María, corazón, sabía que te gustaría. Incluso a mí me ha gustado, que ya sabes que eso no es fácil.
Y, bueno, muchas gracias a todas y a todos por haber ampliado y mejorado este tratado de cardiología. Ojalá aprendamos en él, algo.
Un abrazo
Rafa
¿Esta era la del lúgubre y frío aliento de acero?
No me sorprende esa frialdad, si a la criatura le falta el calorcito del suave bombear de la vida que, se le ha salido de su sitio y se le ha lateralizado en un puño ¿izquierdo para más señas?, yo creo que sí, tiene que ser el izquierdo, por lo "siniestro" del asunto.
Eso le pasa por "abrir el corazón de par en par",¡seguro!. Alguien se lo arrancó de la cavidad torácica. ¿Será por eso que nos pertrechamos en la insensibilidad? ¿tenemos miedo a que nos saquen el corazón de "su quicio"?
Un abrazote