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Teoría de vuelo

Cómo pueden vivir pelear reírse
mientras vértigo
danza
vuelo fatal y ciego
vamos por los espacios
por esa extraña noche
dando vueltas
cayendo
dibujando las últimas volutas
de una espiral terrible.
Idea Vilariño


Cada noche, ahíta de alcohol, valium y marihuana, volaba en sueños en pos de sus deseos insatisfechos, ya transmutados en una perversa obsesión construida con la materia pesada de una opacidad fuliginosa. Y cada mañana, al aterrizar con sus alas henchidas de carencia, aumentaba su convencimiento en la inutilidad del tiempo, ese tiempo vacío atiborrado de dolor que pensaba terminaría por perderse sin sentido en el silencio, en la oscuridad más absoluta, en el olvido, ni siquiera en el olvido que, para ella, era otra trampa urdida por el tiempo inexistente… en la nada.

Aquella noche de grillos y polvo sahariano un cansancio abrupto, incapaz de acomodarse en el territorio de los sueños, le impidió salir a volar por primera vez después de un largo tiempo. Un tiempo que ya pensaba que nunca había transcurrido, que formaba parte de la farsa en la que estaba inmersa sin ser protagonista, figurante, clac, espectador ni decorado. Aún en el incipiente crepúsculo, con el parco frescor tan efímero y un tímido rocío, se sintió ligera, abrió la ventana y alzó el vuelo hacia un abismo de rojo sobre gris oscureciendo. Nunca pudo comprobar si su teoría era o no cierta. Ni si, para tratar de deshacer la angustia y el dolor, merecía la pena vencer al miedo a volar a oscuras en la vigilia.
archivado en:
maria
maria dice:
18/04/2006 12:02

Mira, Rafa, hazme el favor de contarme uno de naranjos, uno de playitas sin alicatar, de olores marismeños... ¿Y si probaras con unos colores -que los hay, tú lo sabes- de esos que nos sorprenden por la tarde?

Que mira, que las palabras dan forma a la realidad y que son mucho más poderosas de lo que imaginamos.

Píntame un sueño, Rafa.

rafa leon
rafa leon dice:
18/04/2006 14:38

Hola gó, sólo es mala literatura que intenta recrear y desparramar los grises para que no se queden para siempre enquistados en mi pobre cajita de acuarelas. Pero en ésta hay también un arco iris esperando a germinar, que germinará enriqueciendo los lienzos. Y tú, ya lo sabes, formas parte de esa luz y esa lluvía amable que al converger inundan de color el horizonte.



Un beso.