Por el mar corren las liebres
qué suerte haber nacido en este mundo
colmado de abundancia y bienestar
donde todo es posible
por una galletita para perros
de mano de sus amos
un hatajo de imbéciles corruptos
sumisos mamporreros del poder
y puercos chupapollas sin escrúpulos
-políticos juristas sindicatos-
nos puede condenar hasta exprimirnos
igual que a una naranja a trabajar
de sol a sol por un parco salario
o a ser de sombra en sombra un gris despojo
pudriéndose en la ciénaga del paro
un clan de cucarachas nauseabundas
cronistas sin cojones del engaño
puede manipular la información
sirviendo de vocero al poderoso
y así hacernos "pensar" que esos canallas
que apestan los sillones oficiales
lo hacen por nuestro bien para servirnos
y no para que sigan engordando
los buitres carroñeros que con gula
manejan en la sombra los hilos del cotarro
un rebaño silente de corderos
-qué viene el lobo bobos qué viene el lobo el lobo-
sumido en su narcótico acomodo
puede permanecer en el redil
ajeno a los gemidos espantosos
que anegan sin cesar el matadero
-tarde o temprano piensan vendrán otros
que saquen las castañas del infierno-
un grupo reducido de valientes
ungidos por la paz y la palabra
tan sólo a uñas a dientes desarmados
se puede rebelar gritar ya basta
y ser tildado de horda terrorista
sus miembros perseguidos masacrados
por un tropel de bestias de uniforme
lavados sus cerebros a conciencia
para que en tanto están dándole caña
se estimen los garantes abnegados
sin tacha del derecho ciudadano
qué dicha disfrutar la libertad
que justa y saludable nos ofrece
"nuestra" envidiable y pulcra democracia