Poema
Llega, oh, la Navidad con su paz y su amor confitados, su solidaridad en almíbar y su edulcorado discurso de aceite de ricino y tentetieso monárquico-constitucionalista heredero de los tiempos en poco blanco y mucho negro del NODO y las Historias para no dormir de Ibáñez Menta y los ajusticiados al alba por el Régimen. Y para ser unos perfectos patriotas de arriba España en este país de todos los demonios como dios manda, nos las habremos de ingeniar para materializar esa inverosímil cuadratura del círculo consistente en incrementar el consumo a fin de levantársela a la economía patria, a la par que continuamos transitando como sigilosos y apacibles corderitos por la estrecha y tortuosa senda de la austeridad a objeto de contribuir al cumplimiento de los objetivos para la reducción del déficit que nos marcan nuestros despóticos soberanos del totalitarismo financiero global a través de sus instituciones-títere como la Comisión y el Banco Central europeos. Así que nada de pavo y menos aún de jamón de Jabugo o gamba blanca de la costa de Huelva. Este año, autopistas con papas.