Patitos demócratas y de izquierdas (por Rafa León)

Hace poco más de un mes que en la Sede del Parlamento de Andalucía, más concretamente en el patio donde se ubican el servicio de Prensa y el Grupo Parlamentario de IU LV-CA, algunos afortunados, hemos tenido la inmensa dicha, y a la vez la extrañeza, de observar algunas mañanas a una pareja de patos paseando plácidamente de aquí para allá. Ya hacía unos días que no se veían. Pero esta mañana, esos mismos afortunados, nos hemos quedado impresionados y, al menos yo, bastante emocionados al ver a mama pata seguida por diez hermosos y parsimoniosos patitos. Aunque no ha faltado el prosaico, o cachondo mental, no sé, que a mi pregunta, que soy un absoluto ignorante en esto de las anátidas, sobre la especie concreta, ha respondido que probablemente sean “patos a la naranja”. Bueno, creo que en parte no le faltaba razón, que ya se sabe que esto de la caza y su carácter social tienen mucha fuerza.

En fin, que con la emoción he dejado volar la imaginación de forma delirante, y he pensado en el sentido de la oportunidad de mamá y papá patos al elegir la sede de la democracia en Andalucía para traer sus crías al mundo y cómo, además, lo han hecho junto al grupo de Izquierda Unida. No me negarán que ha sido todo un acierto. Izquierda Unida tiene 12 nuevos afiliados en potencia. Y Andalucía 12 nuevos “ciudadanos” con afán de participar activamente en la política y en la toma de decisiones, que de eso, por desgracia, hace falta mucho.

Y también he pensado que, quizá, pronto habrá que declarar el Parlamento Andaluz espacio protegido, pues teniendo en cuenta que Doñana sufre día a día tantas y tantas agresiones que están poniendo en peligro su supervivencia, siempre será bueno tener un sitio de reserva, además de la Cañada de los Pájaros, tan excelentemente gestionada por ese par de románticos que hace años se empeñaron en convertir un auténtico vertedero en el paraíso que es en la actualidad. Y claro, si los patos, que son sabios en esto de la supervivencia, han elegido este patio, por algo será.

¿Quién sabe? A lo mejor una mañana de estas nos encontramos en uno de los pasillos del Parlamento con una pareja de linces y, entonces, los poderes públicos de Andalucía puedan presumir con orgullo de haber dado un paso más en la salvación de esta especie. Que en Doñana, con tanta carretera, tanta romería multitudinaria y tanta contaminación de sus aguas por famosos vertidos mineros y tanta agricultura intensiva, la verdad es que el lince lo tiene bastante crudo.

Pero bueno, a pesar de todo esto, hoy estoy feliz. Soy padre adoptivo de diez hermosos patitos demócratas y de izquierdas. Casi los he visto nacer.