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Marcha pacifista a Gaza (IV y V) (Pepa Suárez)

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28 de diciembre


Camino hacia la frontera de Gaza

Durante todo el día de ayer domingo no han cesado los movimientos de protesta pacifica de los mas de mil trescientos componentes del movimiento internacional congregados en Egipto. Concentraciones en el Cairo con velas en recuerdo de las victimas de los bombardeos israelíes en la franja de Gaza. También ante las embajadas europeas para exigir el paso de la marcha internacional hacia la frontera y el fin del bloqueo al que tienen sometida a la población. Estas concentraciones han coincidido con las numerosas concentraciones convocadas en las distintas ciudades españolas para el mismo día.


La coordinación entre las distintas delegaciones se realiza vía teléfono y correo electrónico. Estos medios permiten conocer en todo momento las acciones autónomas que realizamos unos y otros en los distintos lugares en los que nos concentramos.


Yo me encuentro en Al Arish a unos escasos cuarenta kilómetros de la frontera con un grupo de unas cincuenta personas de distintas nacionalidades que hemos podido sortear los controles policiales para llagar hasta esta ciudad. Aunque, a medida que pasan las horas, resulta más complicado salir de El Cairo en dirección a la frontera. Y los que lo intentan son devueltos a El Cairo.


En Al Arish también realizamos una concentración con velas en una de las plazas de la ciudad. Pero duro poco. La policía nos invito a apagarlas mientras obligan a alejarse de nosotros de malas maneras a todos los egipcios que sienten curiosidad y simpatía por lo que hacemos. La excusa fue que la población egipcia podía suponer un peligro para nuestra seguridad con ese tipo de acciones. La realidad es que los egipcios simpatizan con la causa palestina. Todo un problema para el gobierno de este país que entra en continua contradicción con el sentimiento de su población como se demostró en la guerra de Iraq y con los actos de protesta contra los bombardeos israelíes sobre Gaza.


En medio de un gran despliegue de policías secretas, esta mañana Coni, una compañera valenciana, y yo hemos conseguido burlar a los policías que nos siguen a todas partes y los controles a través de caminos secundarios para llegar a Rafha, la ciudad egipcia desde donde se pueden divisar los minaretes de las mezquitas de Gaza. Un milagro que ha durado un suspiro. Nada mas llegar y mientras tomábamos un té, la policía llegó al restaurante y nos pidió nuestros pasaportes preguntándonos el motivo de nuestra visita. Nos invitan a marcharnos de allí con unas buenas dosis de amabilidad y paciencia. Apelamos a la libertad de circulación de las personas. No cuela. Tampoco nos devuelven los pasaportes hasta que nos marchemos. Rafha es la ciudad prohibida para el movimiento de solidaridad y hemos podido comprobar el sorprendente despliegue militar que custodia un férreo bloqueo de trágicas consecuencias humanitarias.



Dia 29 de diciembre

Aumenta la presión sobre el gobierno egipcio

Desde Al Arish (Egipto)

La presión sobre el gobierno egipcio aumenta por momentos debido a las diferentes acciones de protesta que estamos llevando a cabo los integrantes de la marcha solidaria con Gaza. La delegación francesa ha acampado ante su embajada en El Cairo, otros grupos han realizado acciones de protesta ante las oficinas de NN.UU. y otras oficinas diplomáticas. Una mujer polaca de origen judío de 85 anos ha comenzado una huelga de hambre con el objeto de llamar la atención sobre el bloqueo a Gaza. Ayer en Al Arish, una localidad situada a cuarenta kilómetros de la frontera con Gaza, donde me encuentro, un grupo de españoles hicimos un acto de protesta en la calle con la presencia de la policía antidisturbios. Las medidas de seguridad son extremas pero las fuerzas de seguridad evitan en todo momento reprimir cualquier movimiento de los extranjeros mas allá de lo que pueda suponer un conflicto diplomático.


En esta localidad de Al Arish, la policía secreta hace guardia dentro del hotel y nos sigue a todas partes. Tanto que a estas alturas se sientan con nosotros a tomar el té mientras debatimos que hacer. Si alguien sale del hotel para ir a Internet, cambiar dinero, comer o simplemente dar un paseo se movilizan inmediatamente para seguirnos de cerca. Argumentan rezones de seguridad. La misma excusa de siempre. Peor lo tienen los seis judíos ultraortodoxos estadounidenses pertenecientes a una organización antisionista que se encuentran en otro hotel junto a la playa ya que no les permiten salir a la calle desde que llegaron a Al Arish.


Hoy sobre las dos de la tarde hemos realizado una concentración en la plaza Sadat, situada cerca de nuestro hotel, un grupo formado por unas cincuenta personas con pancartas. La policía que nos permite en todo momento realizar este tipo de acciones evita que los egipcios se acerquen a nosotros. Incluso les dicen que tenemos sida y podemos contagiarles. Pero no pueden evitar que nos hagan la señal de victoria. Gamal Gomaa, un abogado egipcio ha hecho lo que seguramente a muchos les pide el corazón: evadir el cordón de policías que nos rodea y unirse a nosotros. "No entiendo que el gobierno egipcio colabore con Israel en contra de nuestros hermanos árabes palestinos. Como tampoco que el mundo civilizado occidental mire para otro lado mientras un millón y medio de palestinos sufren las dramáticas consecuencias del bloqueo" ha dicho con voz temblorosa mientras un policía se acerca para intentar detenerlo. En estos instantes mientras escribo esta crónica, nuestro grupo rodea a Gamal para impedir su detención. "No me importa morir" añade mientras llama a su mujer para que se esconda en otra casa con sus hijos.


Crónicas enviadas por Pepa Suárez Flores desde algún lugar en torno a Gaza.


(Continuará)