Magnolia
nieve de almendro al sol del mediodía;
su dulce fragancia,
delatora y densa,
anegando a borbotones
la acidez marmórea del pasillo;
la efímera textura de sus pétalos,
de sedoso anhelo,
y de tus manos intactas;
su mensaje azul en el silencio palpable
y el regusto evanescente del beso imaginado,
apenas
mero insustancial en la vigilia.
Olvidaré
hasta su nombre,
y tu nombre
(también casi de flor),
acordes de melancolía.
Y el boj y la lavanda del patio
y el suspiro reprimido a duras penas
y el abrótano
y el romero,
y el robo,
incauto,
al despuntar el alba.
Pero nunca olvidaré
que en esa noche, tal vez,
cuando aspiraste su aroma,
acariciase tus labios
instalándose en tus sueños
el recuerdo de mi ausencia,
intenso,
fugaz,
como el perfume de esa flor
cuyo nombre
ya
no recordamos.
Es belleza lo q escribes
escribes con el alma
de tu ser
Un abrazo
Rafa
anonimoo