Las mentiras del ozono
En los últimos días ha vuelto a resurgir en Huelva el tema recurrente de la contaminación atmosférica por ozono troposférico y sus orígenes. Pero, asociado al mismo, se ha demostrado la permanente contaminación informativa que al respecto de los asuntos ambientales se expande indecentemente desde la Consejería contra el Medio Ambiente. Y es que nuestra querida Delegada, no sé si por una ignorancia supina o por una falta total de respeto a los ciudadanos, al tratar de confundirnos y engañarnos, ha atribuido la causa de estos episodios de elevados niveles de inmisión de ozono en exclusiva al tráfico rodado.
Tratemos de instruir brevemente a la Delegada sobre el ozono troposférico y los factores que inciden en su formación.
El ozono es un gas cuyas moléculas están formadas por tres átomos de oxígeno y que, en concentraciones por encima determinados umbrales, produce efectos negativos sobre la salud de la población, especialmente sobre el sistema respiratorio, y sobre el medio ambiente, ya que, de manera aislada o en combinación con otros agentes, afecta de manera grave a la vegetación.
Este gas tiene un origen secundario, es decir, se origina a partir de otros contaminantes primarios, denominados gases precursores, cuando sobre ellos incide la radiación ultravioleta del sol. Estos gases precursores son, fundamentalmente, los óxidos de nitrógeno (NOx), los hidrocarburos (benzol, parafinas, propano, metano, etc.) y otros compuestos orgánicos volátiles como dioxinas y furanos. Entre éstos, los de mayor relevancia en lo relativo a su contribución a la formación de ozono en estratos troposféricos son los óxidos de nitrógeno, que se forman por la oxidación del nitrógeno atmosférico durante los procesos de combustión a temperaturas elevadas (el oxígeno y el nitrógeno del aire reaccionan para formar NO, oxidándose éste posteriormente a NO2), y que tienen sus fuentes de emisión principales en el tráfico rodado, la producción energética por combustión, la industria petroquímica y las químicas.
Pero, ¿cuáles son las magnitudes de las diferentes fuentes de emisión de óxidos de nitrógeno en la provincia de Huelva? Pues según el Inventario de emisiones atmosféricas en Andalucía para el año 2003, en nuestra provincia, y entre otras fuentes con menor importancia, la generación de energía eléctrica por combustión emitió a la atmósfera 628 toneladas de este gas, el sector petroquímico 3515, las químicas 1681 y el tráfico rodado 5215. Entonces, si para esa fecha sumamos las emisiones de las químicas, petroquímicas y eléctricas, que en la provincia se concentran en torno a la capital, éstas con un total de 5824 toneladas, superarían en mas de 600 toneladas a las atribuidas al tráfico rodado.
¡Vaya!, parece que a la vista de los datos oficiales de la propia Consejería contra el Medio Ambiente, a la Delegada comienzan a no salirle las cuentas, y no sólo el tráfico de vehículos a motor ha sido el responsable de la superación de los límites establecidos para niveles seguros de inmisión de ozono troposférico que se produjo hace unos días.
Pero aún hay más. En el año 2003 aún no estaba funcionando la Central de Ciclo Combinado de Unión FENOSA, que, sin duda alguna, ha supuesto un incremento notable en la emisión de NOx en la provincia por parte del sector energético. Una central de ciclo combinado de 1.200 Megavatios (Mw.), como la de Unión FENOSA, emite anualmente a la atmósfera entre 2.000 y 2.500 toneladas de NOx, dependiendo del número de horas que esté en funcionamiento. Sólo con este dato parece evidente que el protagonismo del tráfico rodado en la generación de este gas en la provincia ha perdido relevancia frente a los otros grandes emisores desde al año en que se elaboró el Inventario de emisiones hasta la fecha.
Pero, hagamos algunas comparaciones. Un coche medio, que hiciese un trayecto de 10 kilómetros diarios por la ciudad de Huelva, emitiría un promedio de 1,25 gramos de NOx para ese recorrido. Una central de 1.200 Mw. a pleno rendimiento, como suele suceder en los momentos de mayor calor e insolación para abastecer el tirón que sobre la demanda energética supone el uso de los aparatos de aire acondicionado, emite unos 375 kilogramos a la hora. La misma cantidad que 300.000 automóviles que realizaran ese recorrido de 10 kilómetros.
Sí, ya no cabe duda que las cuentas de la Delegada sólo pueden ser calificadas de sesgadas y disparatadas. Ante todo ello, lo que parece claro es que la Consejería contra el Medio Ambiente tiene muy poco interés en proteger nuestro entorno, así como la salud ciudadana. Entonces, ¿a qué otros intereses trata de servir con sus mentiras descaradas? ¿Y quienes son los perjudicados? Saque usted sus propias conclusiones.
Y no lo olvide, cuando apriete el calor, ni use el automóvil ni salga de casa. Qué esas son las únicas medidas que “pone en marcha” la Consejería contra el Medio Ambiente para atajar los problemas ocasionados por los elevados niveles de inmisión de ozono troposférico. Patético. Patético y vergonzante.
Tratemos de instruir brevemente a la Delegada sobre el ozono troposférico y los factores que inciden en su formación.
El ozono es un gas cuyas moléculas están formadas por tres átomos de oxígeno y que, en concentraciones por encima determinados umbrales, produce efectos negativos sobre la salud de la población, especialmente sobre el sistema respiratorio, y sobre el medio ambiente, ya que, de manera aislada o en combinación con otros agentes, afecta de manera grave a la vegetación.
Este gas tiene un origen secundario, es decir, se origina a partir de otros contaminantes primarios, denominados gases precursores, cuando sobre ellos incide la radiación ultravioleta del sol. Estos gases precursores son, fundamentalmente, los óxidos de nitrógeno (NOx), los hidrocarburos (benzol, parafinas, propano, metano, etc.) y otros compuestos orgánicos volátiles como dioxinas y furanos. Entre éstos, los de mayor relevancia en lo relativo a su contribución a la formación de ozono en estratos troposféricos son los óxidos de nitrógeno, que se forman por la oxidación del nitrógeno atmosférico durante los procesos de combustión a temperaturas elevadas (el oxígeno y el nitrógeno del aire reaccionan para formar NO, oxidándose éste posteriormente a NO2), y que tienen sus fuentes de emisión principales en el tráfico rodado, la producción energética por combustión, la industria petroquímica y las químicas.
Pero, ¿cuáles son las magnitudes de las diferentes fuentes de emisión de óxidos de nitrógeno en la provincia de Huelva? Pues según el Inventario de emisiones atmosféricas en Andalucía para el año 2003, en nuestra provincia, y entre otras fuentes con menor importancia, la generación de energía eléctrica por combustión emitió a la atmósfera 628 toneladas de este gas, el sector petroquímico 3515, las químicas 1681 y el tráfico rodado 5215. Entonces, si para esa fecha sumamos las emisiones de las químicas, petroquímicas y eléctricas, que en la provincia se concentran en torno a la capital, éstas con un total de 5824 toneladas, superarían en mas de 600 toneladas a las atribuidas al tráfico rodado.
¡Vaya!, parece que a la vista de los datos oficiales de la propia Consejería contra el Medio Ambiente, a la Delegada comienzan a no salirle las cuentas, y no sólo el tráfico de vehículos a motor ha sido el responsable de la superación de los límites establecidos para niveles seguros de inmisión de ozono troposférico que se produjo hace unos días.
Pero aún hay más. En el año 2003 aún no estaba funcionando la Central de Ciclo Combinado de Unión FENOSA, que, sin duda alguna, ha supuesto un incremento notable en la emisión de NOx en la provincia por parte del sector energético. Una central de ciclo combinado de 1.200 Megavatios (Mw.), como la de Unión FENOSA, emite anualmente a la atmósfera entre 2.000 y 2.500 toneladas de NOx, dependiendo del número de horas que esté en funcionamiento. Sólo con este dato parece evidente que el protagonismo del tráfico rodado en la generación de este gas en la provincia ha perdido relevancia frente a los otros grandes emisores desde al año en que se elaboró el Inventario de emisiones hasta la fecha.
Pero, hagamos algunas comparaciones. Un coche medio, que hiciese un trayecto de 10 kilómetros diarios por la ciudad de Huelva, emitiría un promedio de 1,25 gramos de NOx para ese recorrido. Una central de 1.200 Mw. a pleno rendimiento, como suele suceder en los momentos de mayor calor e insolación para abastecer el tirón que sobre la demanda energética supone el uso de los aparatos de aire acondicionado, emite unos 375 kilogramos a la hora. La misma cantidad que 300.000 automóviles que realizaran ese recorrido de 10 kilómetros.
Sí, ya no cabe duda que las cuentas de la Delegada sólo pueden ser calificadas de sesgadas y disparatadas. Ante todo ello, lo que parece claro es que la Consejería contra el Medio Ambiente tiene muy poco interés en proteger nuestro entorno, así como la salud ciudadana. Entonces, ¿a qué otros intereses trata de servir con sus mentiras descaradas? ¿Y quienes son los perjudicados? Saque usted sus propias conclusiones.
Y no lo olvide, cuando apriete el calor, ni use el automóvil ni salga de casa. Qué esas son las únicas medidas que “pone en marcha” la Consejería contra el Medio Ambiente para atajar los problemas ocasionados por los elevados niveles de inmisión de ozono troposférico. Patético. Patético y vergonzante.
¿Pero tantos coches habia rodando por Huelva el sabado y en agosto y en puente?