La otra Eurocopa
Ahora que, en el contexto
de la lucha emprendida
por los trabajadores
galos contra la abyecta
reforma laboral
del gobierno de Hollande,
en Francia se celebra
el Europeo de Fútbol,
no resulta de más
mencionar que hace décadas
se viene sucediendo
en todo el mundo el mismo
y desigual encuentro
entre los combinados
de los neoliberales
y los socialdemócratas.
Ante todo decir
que se trata sin duda
de un partido amistoso.
Luego hacer referencia
a los buenos propósitos
que guiaron, en principio,
la estrategia adoptada
por los socialdemócratas,
empeñados en ser
motores del Estado
del bienestar, así
como, frente a la opción
de la lucha de clases,
en extender el uso
de la negociación
colectiva al objeto
de perpetuar la paz
social y procurar
condiciones de vida
decentes para el pueblo.
Visto así pareciera
que los socialdemócratas
y, con ellos, el pueblo,
albergan suficiente
chance para ganar
finalmente el partido.
No es más que una quimera.
Porque en sus filas hay
jugadores vendidos
al capital y el resto
de tan diestros no saben
usar la banda izquierda.
Porque, en ningún momento,
la socialdemocracia,
ha llegado a jugar
en casa y el terreno
de juego donde opera
el capital se encuentra
atestado de trampas
y sus gradas plagadas
de hoolligans violentos.
Por no hablar de los árbitros
"el Fondo Monetario,
la OTAN, las Naciones
Unidas, la OCM"
siempre sin excepción
barriendo para casa.
Puede que en la Eurocopa,
la selección francesa
"negros representando
a uno de los países
donde más han crecido
los partidos políticos
de carácter racista"
se lleve el gato al agua.
Pero en el otro encuentro,
el de la clase obrera
contra los atropellos
del neoliberalismo
y los socialdemócratas
franceses, sería estúpido,
por más que, por fortuna,
se alcanzase la prórroga,
gritar "este partido
lo vamos a ganar".
El equipo contrario
tiene en sus filas muchos
jugadores expertos
en lanzar penas máximas.
Así que, si queremos
tener en el futuro
una mínima opción
de ganar el partido,
apostémoslo todo
y sin pero a un equipo
que juegue por la izquierda.
de la lucha emprendida
por los trabajadores
galos contra la abyecta
reforma laboral
del gobierno de Hollande,
en Francia se celebra
el Europeo de Fútbol,
no resulta de más
mencionar que hace décadas
se viene sucediendo
en todo el mundo el mismo
y desigual encuentro
entre los combinados
de los neoliberales
y los socialdemócratas.
Ante todo decir
que se trata sin duda
de un partido amistoso.
Luego hacer referencia
a los buenos propósitos
que guiaron, en principio,
la estrategia adoptada
por los socialdemócratas,
empeñados en ser
motores del Estado
del bienestar, así
como, frente a la opción
de la lucha de clases,
en extender el uso
de la negociación
colectiva al objeto
de perpetuar la paz
social y procurar
condiciones de vida
decentes para el pueblo.
Visto así pareciera
que los socialdemócratas
y, con ellos, el pueblo,
albergan suficiente
chance para ganar
finalmente el partido.
No es más que una quimera.
Porque en sus filas hay
jugadores vendidos
al capital y el resto
de tan diestros no saben
usar la banda izquierda.
Porque, en ningún momento,
la socialdemocracia,
ha llegado a jugar
en casa y el terreno
de juego donde opera
el capital se encuentra
atestado de trampas
y sus gradas plagadas
de hoolligans violentos.
Por no hablar de los árbitros
"el Fondo Monetario,
la OTAN, las Naciones
Unidas, la OCM"
siempre sin excepción
barriendo para casa.
Puede que en la Eurocopa,
la selección francesa
"negros representando
a uno de los países
donde más han crecido
los partidos políticos
de carácter racista"
se lleve el gato al agua.
Pero en el otro encuentro,
el de la clase obrera
contra los atropellos
del neoliberalismo
y los socialdemócratas
franceses, sería estúpido,
por más que, por fortuna,
se alcanzase la prórroga,
gritar "este partido
lo vamos a ganar".
El equipo contrario
tiene en sus filas muchos
jugadores expertos
en lanzar penas máximas.
Así que, si queremos
tener en el futuro
una mínima opción
de ganar el partido,
apostémoslo todo
y sin pero a un equipo
que juegue por la izquierda.