Haikus de luto y llanto (lágrimas negras)
Toda la vida estaba
en tus pálidos labios...
Toda la noche estaba
en mi trémulo vaso
Y yo cerca de ti,
con el vino en la mano,
ni bebí ni besé...
Eso pude: Eso valgo.
Dulce María Loynaz
I
Llovizna negra
y un cielo de algodones
yo entre la bruma.
II
Muere la lluvia
amarga en los cristales
de tu ventana.
III
Carbón mojado
se consume en la nieve;
azul sin rojo.
IV
Sólo el aroma
de la rosa pretendo;
espinas vuelan.
V
Lluvia marchita
de primavera a otoño
de sueño en sueño.
VI
Un viento tóxico
recorre cada noche
los cauces muertos.
VII
Se ha marchitado
la flor de los almendros;
arde en la nieve.
VIII
Nido vedado
se estrella en el alero
la golondrina.
IX
En la tormenta
se ha perdido la luna;
noche de otoño.
X
Llora la sombra
de una encina sin luna;
raíces secas.
XI
Fugaz relámpago,
no alcanzo a ver el barro,
pasos quebrados.
XII
La madreselva
trepa por las paredes
con tu recuerdo.
XIII
Los crisantemos
brotando en mi jardín;
sueño de otoño.
XIV
Se ensancha el día
y siguen sin llegar
las mariposas.
XV
Como libélula
me detuve en la hierba;
seco el rocío.
en tus pálidos labios...
Toda la noche estaba
en mi trémulo vaso
Y yo cerca de ti,
con el vino en la mano,
ni bebí ni besé...
Eso pude: Eso valgo.
Dulce María Loynaz
I
Llovizna negra
y un cielo de algodones
yo entre la bruma.
II
Muere la lluvia
amarga en los cristales
de tu ventana.
III
Carbón mojado
se consume en la nieve;
azul sin rojo.
IV
Sólo el aroma
de la rosa pretendo;
espinas vuelan.
V
Lluvia marchita
de primavera a otoño
de sueño en sueño.
VI
Un viento tóxico
recorre cada noche
los cauces muertos.
VII
Se ha marchitado
la flor de los almendros;
arde en la nieve.
VIII
Nido vedado
se estrella en el alero
la golondrina.
IX
En la tormenta
se ha perdido la luna;
noche de otoño.
X
Llora la sombra
de una encina sin luna;
raíces secas.
XI
Fugaz relámpago,
no alcanzo a ver el barro,
pasos quebrados.
XII
La madreselva
trepa por las paredes
con tu recuerdo.
XIII
Los crisantemos
brotando en mi jardín;
sueño de otoño.
XIV
Se ensancha el día
y siguen sin llegar
las mariposas.
XV
Como libélula
me detuve en la hierba;
seco el rocío.
Bravo, Rafa. los haykus no son nada fáciles; tú los bordas. ¡Ah!, Islamaría también.
UN ABRAZO A AMBOS.