"Fascio" (a agariro)
Tras otorgarse el cambuj
del miedo y la preeminencia,
llegaron en gris tropel
renegando del sumario.
Investidos a sí mismos
en verdugo, juez y parte,
con sus miembros camuflados
lanzaron la primer piedra.
Y el aroma de la sangre
enloqueció sus sentidos
haciendo nacer en ellos
la falacia de un eclipse.
Y fraguaron la ignominia,
aliento de miserables,
lapidando la verdad
y la posible inocencia.
Y el lado oscuro creció,
envuelto en camisas negras,
anegando el corazón
de brutal resentimiento.
del miedo y la preeminencia,
llegaron en gris tropel
renegando del sumario.
Investidos a sí mismos
en verdugo, juez y parte,
con sus miembros camuflados
lanzaron la primer piedra.
Y el aroma de la sangre
enloqueció sus sentidos
haciendo nacer en ellos
la falacia de un eclipse.
Y fraguaron la ignominia,
aliento de miserables,
lapidando la verdad
y la posible inocencia.
Y el lado oscuro creció,
envuelto en camisas negras,
anegando el corazón
de brutal resentimiento.
Se le escapó de la espuma de la boca
la cosa.
muerto en un descampado, con baba
resbalándosele por la comisura,
solo.
Lo encontró un viejo, tieso,
después de toda la noche a media, escondió su pelo tomándose
su cocktel molotov a poco con diferentes formas,
redondas y la color, cartón de chupar, líquido para abrir las heridas bebido.
El abuelo llamó a la poli, "he encontrao un chavá aqui tirao, parece que está muerto"
Al levantamiento del cadáver, le hicieron un registro exhaustivo, e incluso anal, no se la habían metido por el culo, no lo habían matado, estaba muerto, tenía cien duros de hachis en el bolsillo.
A los padres del hijo del infierno , a los seis meses del mal trago de que su pródigo, hubiese muerto en una noche viscosa, truculenta y psicotrópica, les llegó una sanción administrativa de 501 euros por tenencia de sustancia ilícita.
Hasta siempre, amigo mio, allá dónde no estés.