Espejismo
Huelen las calles a desierto en flor,
A ensueños carmesí, dama de noche
Y a ese murmullo que el arroyo deja,
Agreste laberinto entre las rocas,
Labrando mil caminos a su paso.
Desde la arena roja como fuego,
Vertida desangrada en el asfalto,
Emerge un son celeste que, en su lecho,
Conjura nubes, pájaros y flores:
Qué insólito sabor a amanecidas,
A rocío en los labios, a adoquines gastados.
La explosión de color lo inunda todo;
Su onda expansiva quiebra las aceras,
Horada las fachadas, los cristales,
Calando de ilusión la piel descalza
Del nómada que arrastra, duna a duna,
La sal que lo cautiva como ergástula:
Se quiebran los grilletes y cadenas
Abriendo un paso franco hasta el oasis.
(Mas trata de abrazarlo y se dispersa
Colmando la ciudad de sed y cuarzo).
Ofú Rafa, con este nuevo formato que nos ha puesto el Manué me siento un poco perdío, pero mira por donde he dado con tu último poema, y me alegro, porque, una vez más ERES LA REHOSTIA