El coma de la coma
(Por un simple signo de puntuación)
- Nuestro eslogan de campaña no es una promesa; es ya una realidad que se está gestando y que nacerá para no morir nunca justo el mismo día en que ganemos las elecciones. Y las vamos a ganar, sí, las vamos a ganar. Nosotros y vosotros, unidos, las vamos a ganar. Y cuando las ganemos os traeremos eso que reza nuestro eslogan, os traeremos un "mañana mejor".
Un mañana mejor, un mañana mejor, un mañana mejor... repetía y repetía sin cesar ante las masas más y más enfervorizadas y numerosas mitin tras mitin.
Y ganaron las elecciones.
Y llegó el día después y todo se fue paralizando; la administración dejó de funcionar y todas y cada una de sus ventanillas de (des)atención al vasallo se fueron poblando de largas colas de desencantados a los que jamás se les llegaba a dar un atisbo de solución para sus crecientes problemas.
Ni siquiera fueron retirados aquellos enormes y llamativos carteles electorales en los que, junto a la fotografía del sonriente candidato, se podía leer:
OS TRAEREMOS
UN "MAÑANA, MEJOR".
(Moraleja: No creas en campaña lo que, para mañana, te prometan hoy. Y mucha atención a la "coma" pequeña).
Bienhallado, querido maestro.