Desde Granada subimos... (un poema de José Ángel Valente)
DESDE Granada subimos hasta Víznar. Vagamos por el borde sombrío del barranco. -¿Dónde?, decíamos. Era el otoño. Los hermanos, las viudas, los hijos de los muertos venían con grandes ramos. Entraban en el bosque y los depositaban en algún lugar, inciertos, tanteantes. ¿En dónde había sucedido? -Lo mataron a él, decía la mujer, pero aquí también mataron a otros muchos, a tantos, a esos que ahora nadie ya recuerda. -Él ya no es él, le dije. Es el nombre que toma la memoria, no extinguible, de todos.
De "Fragmentos de un libro futuro".