Claro de Luna (A Victoria)
Ya sólo queda una leve penumbra
del sol que iluminaba las estancias
vacías de mi alma. Como fragancias
que apaga el viento, / en la luz que alumbra
las horas muertas como leve llama
de una vela mortecina / irrumpe
una sombra mineral y prorrumpe
con mi aliento un suspiro que reclama
moribundo / los añicos de un claro
de Luna que calmen el desamparo
que ha crecido en las sombras de la espera.
Mas tu adiós cellisquea sin reparo
Y sofoca las brasas como avaro
glaciar, volviendo mis ojos ceguera.
NOTA: Hay veces, Victoria, en las que un intercambio de palabras intrascendentes comunican más de lo que pudieramos nunca imaginar y son un alivio a la incomunicación producida por palabras groseras destinadas a impedir el diálogo, entendido este como una sucesión de tesis y antítesis dirigidas a una síntesis enriquecedora. Pero, sin duda, Victoria, de lo que no nos deberíamos olvidar nunca es de la poesía. Abrazos.
!OH!...!AAYY!...!UF!...!AAAUUU!...!YO!...!YO!...
!Gracias, cariño!.
Por supuesto, aunque sea dedicada, me gustaría compartirla con los amantes de tu poesía.
NOTA: Tienes razón, y quizás, a veces, me dejo llevar por mi mundo de estrecheces y me vuelvo un tanto rígida. Pero sin duda, Rafa, yo me estoy aficionando a la posía y entre otros motivos está la escribes tú. Y en esta página, he llegado a echarla mucho de menos.
Mi agradecimiento es infinito................................