Aguirre, qué colera, ¡por dios!
Cuando al fin llegó Aguirre hasta El Dorado
olvidó las promesas a su tropa,
y en vez de gloria y oro diole estopa
con ira a cada atónito soldado.
Tirano, del recorte obsesionado,
diole incansablemente a quemarropa
a lo rebelde verde por la popa;
por recortar cortó el mismo salvado.
Infausto Robin Hood, por travestido,
los frutos del recorte dio a los ricos,
del pobre la esperanza haciendo añicos
de tal modo que al cabo es conocido
como Desesperanza. ¡Con presteza!,
ya es hora de cortarle la cabeza.