Acción-coacción-reacción
La guerra comenzó, bajó la bolsa,
y fue el momento de comprar acciones
a un precio razonable -salvo en lo relativo, claro está,
a ataúdes, mortajas y al muy noble negocio de la pólvora.
Comprar-vender, acción-coacción-reacción;
A acciones bélicas, reacción bursátil;
humo y más humo enmascarando, denso,
el nauseabundo hedor que emanan los cadáveres;
corriendo por la red, como un espectro,
sin nada que ofrecer, que dar, hurtando
la insólita esperanza de los pobres;
obsceno preparando la espoleta
que hará otra vez que estalle
la indispensable guerra.
Mañana, cuando se haga el armisticio,
será el momento de vender de nuevo,
y urdir los beneficios del futuro
a costa de la sangre de los muertos
que yacen en los campos de batalla
o que aún se piensan vivos camino al matadero.
Comprar-vender, acción-reacción, ¿la bolsa
o la vida?, la bolsa
siempre,
siempre
la bolsa.