Nos ofreces con esta obra una curiosa pespectiva en la que parece, de un modo oculto, que estás ahí, esbozando un autoretrato que no podemos ver pero si intuir, me resulta inquietante y muy interesante.
Vino y besos.
También estoy impresionada. A mi me resulta muy significativo que el lienzo guarde cierto paralelismo con la ventana acristalada y que se presente de cara a ella, parece como si el objetivo fuera no mostrar en un cuadro lo que resulta tan evidente en la realidad.
Un abrazo.
Si no se asomase a la fotografía el caballete y el cuadriculado sillón de esa sala en que está instalada, parecería una imagen en sepia de algo inquietante, abandonada en otro tiempo, o quizá rescatada de algún rincón de la memoria.
SALUDOS, ANA