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Naufragio

"pisar las hojas secas y estremecerse aún"
F. Beltrán

Desde el lugar de las metáforas, las licencias poéticas, los personajes literarios, le miro. Miro al hacedor de versos, de poemas enteros, como al dios creador del cielo y de la tierra, del amar y de los amores. Naufrago en los poemas como si yo misma fuera esa metáfora diluida y sin acabar o desenfocada tal vez. Me ahogo y sobrevivo, me agarro al clavo hambriento de su cabello virtual, voy de una isla a otra, extenuada, empapada, cuerpo a tierra, cuerpo a verso. Uno tras otro como escalones, escalera interminable. Existes? Y yo, existo?

Después de haber sido arrojada de mi sueño en marcha, del más hermoso de los sueños, al mar éste de las soledades y el frío, su isla es un remanso, posiblemente irreal, pero remanso al fin. Amar después de amar.
rafa leon
rafa leon dice:
12/05/2006 02:24

Por cierto, María, tu "naufragio" es precioso, henchido de poesía. Fernando Beltrán no podrá más que sentirse orgulloso cuando lo lea. Igual que me he sentido orgulloso yo. Gracias María por la poesía. Espero que al fin, cojas "carrerilla" (tú vales mucho como poeta, aunque mucho más como mujer y aún más como ser humano)

Otro beso

rafa leon
rafa leon dice:
12/05/2006 01:21

Existes, por fortuna existes. Yo lo sé, porque sé de la inexistencia que, por ser nada, aplasta bajo las olas que se fueron. Tú eres una isla, y aunque naufrages y naufrages, no puedes permitirte el naufragio definitivo mientras sea humanamente posible. Porque si tú naufragas ¿que será de los robinsones? ¿Qué sera del viento rasgado henchido de sangre? zurzidora de velas. El viaje a Orión, es posible, María, es posible. No digas que no aunque pienses lo contrario. Mientete, mienteme, mientenos, mienteles... que por una vez al menos, tanto repetir una mentira, se fecunde una verdad a medias, porque no hay más que medias verdades y nos pueden a todos por el camino de las estrellas. Yo, ya lo sabes, soy un descreido, ya conoces ese mal poema que te di a leer un día, pero quiero conservar mi única fe, la única fe. Terminaba así:

y ¿sabes?
mi mayor creencia es el Amor
y me aterra pensar que también es
porque
quizá
no
exista.

Algún día, si logramos conservar la fe, esa fe, todos los que lo logremos nos encontraremos en el camino de las estrellas. Pero para eso necesitamos de una isla hermosa y tranquila desde donde, mientras, poder contemplarlas en todo su esplendor. En ese trayecto te espero, como espero a tantos otros, a tantas otras ya sabes que mi corazón es grande, aunque casi nada comparado con el tuyo, dispuesto a ser isla donde acoger naufragios.

Un beso.