Matasanos
Cacuito acudió a una rifa en Las Colombinas. En vez de con una chochona, fue premiado para ejercer de cirujano ortopédico de la seguridad social. En su primera mañana de gloria vino a importunarle su prima, Cucufata Trocha, que hacía dos meses fue remitida al especialista (o sea, él) con un dolor en la planta de los pies que la impedía caminar. Cucufata no quiso aguardar sesenta días retorciéndose ni colapsar urgencias. Visitó, previo pago, a otro especialista que le diagnosticó y recetó unas plantillas de silicona. Notó la mejoría, y así se lo explicaba a su primo. “¿Entonces para que vienes?”, preguntó. “Porque me sangran los impuestos y quiero que la administración responda ahora por mis pies”, contestó ella. “La próxima vez vete a urgencias y te compras las plantillas en estas señas de este papel amarillo que te pongo en la mano”.