Diccionario gí¼ervano
Cacuito, que no ejerce la filología, la poesía ni actividad sospechosa, aparcó este verano el Nuevo diccionario lunfardo, de José Gobello, para engolfarse como niño en piscina de piruletas en el Diccionario de palabras de andar por casa (Huelva y provincia) de Manuel Garrido Palacios. Güervano y trocho, amante de la palabra, adicto a la eufonía, Cacuito encontró en esta docta y monumental obra (que seguro aumentará en sucesivas ediciones) el mayor de sus vicios estivales. Grabó las conversaciones que a diario mantuvo con sus paisanos. Buscó en el diccionario las voces del pueblo. Encontró y se reencontró con un golpe de palabras que lo remontaron a la infancia. Un viaje de poneres, frases y coplas que las ilustraban. Que dignifican y fijan el habla choquera. Que ensancharon sus noches de asombros y regocijos. ¿Qué no? Que noniná, tonto vilorio.
Tonto vilorio, tú.
SALUDOS
PACO HUELVA