Nocturno imperfecto
Despunta la mañana y, con premura,
Huyendo de la luz, buscas asilo
Sobre un lecho natal, mortaja oscura,
De tierra que aletargue tu apetito.
Qué acerbo despertar, cuánta amargura
Sentir que no es mortal, definitivo,
El hueco que dejó tu mordedura
Nocturna en mis ensueños sin cobijo.
Y ruego a los infiernos que, al ocaso,
Regreses toda sed, fiera, insaciable,
Libando mi postrer gota de sangre;
Y así poder, contigo a mi costado,
Huyendo de la luz, yacer por siempre,
Maldito, condenado, dulcemente.
Condenado, así es como debés estar, por rogar a los infiernos, so obseXo, que sos un obseXo.
Soneto guay, tú ...