Golf-desierto vs sierra-agua
Ese carácter de sierra-agua deja notar su marca en todos y cada uno de los pueblos de Grazalema. Tanto es así, que, en Benamahoma, hay un modesto, pero interesante museo dedicado a la cultura del agua en la comarca. Junto a este museo hay una fuente abundante y sombría de la que mana el agua procedente de un generoso venero que alumbra la montaña ladera arriba. Allí, el pasado 10 de agosto, aliviando el calor al húmedo rumor del agua y al frescor de las sombras de la arboleda a la que da vida, conocí a Beatriz y Alejandro, por llamarlos de algún modo. Un matrimonio, ya mayor, con residencia en Sevilla, que una vez al mes acude a aquella fuente para abastecerse de ese agua deliciosa, patrimonio común, con la que no se puede comparar el líquido clorado o, cuando la sequía aprieta, ozonizado que le sirve la Empresa Municipal de Aguas de Sevilla (EMASESA). Así que, cuando terminan su reserva, vuelven a la sierra-aljibe para hacer su recarga doméstica de agua, y respirar durante unas horas el aire puro y gozar del paisaje que les ofrece la comarca. Sin duda, Beatriz y Alejandro demuestran una gran sabiduría al dedicar una jornada mensual a tales menesteres. O placeres. Supongo que habrá otros muchos que han terminado por desarrollar similares costumbres.
Pero esa actitud, que forma parte también de la sabia cultura popular del agua, como en otros muchos lugares, está en grave peligro. En “El Bosque”, aguas abajo de Benamahoma, desde donde fluye el río Majaceite, se pretende revisar el PGOU para dar cabida a un campo de golf y a una urbanización de lujo, y en Prado del Rey se ha recién aprobado un campo de golf que será regado con las aguas de uno de esos veneros serranos. Se inicia, así, la privatización encubierta de un recurso común con una calidad inigualable, para surtir las triviales aficiones de una élite sin sensibilidad cultura. De este modo, los nietos de Beatriz y Alejandro, cuando alcancen la edad de sus abuelos, no podrán emular su sabia costumbre, pues, cuando la primera de las alimañas llega a estos santuarios de la sabia tradición y la naturaleza, ya es prácticamente imparable la posterior avalancha de la destructiva plaga que arrasa vorazmente con todo.
Así, en el futuro, si los que tienen el poder en sus manos no lo remedian, en lugar de encontrarnos con Beatriz y Alejandro en la sierra-agua, en la sierra-aljibe, en la sierra-gruta, en la sierra-museo vivo, nos encontraremos con burdos emuladores del “Tigre” y del “Niño” en la monotonía prosaica de un rincón más sin personalidad propia del mundo-golf, desierto verde donde va a mostrar su vergonzante estatus gente sin clase ni cultura.
Rafa, conozco la zona; he estado varias veces en esa maravillosa sierra. Conozco esa fuente -y otras muchas de la zona- y he bebido de sus aguas que se filtran por las paredes de la roca y que, incluso, sale impulsada de manera natural desde el suelo en plena calle, pasando encauzada por medio de la calle hasta un viejo lavadero de ropa manual, de los que hay que frotar en la piedra, que utilizaron desde siempre sus habitantes. Mientras comía una noche en la terraza de un bar cercano, he visto como los mayores de la zona iban con sus botellas de plástico para recoger el agua. Un lugar verdaderamente delicioso, espero que mis hijos y mis nietos puedan fisfrutarlo.
Muy cerca de ahí, hay un complejo de casitas rurales- ya he ido tres veces-, no excesivamente caras, en las que es una delicia pasar unos días haciendo turismo rural -senderismo, gastronomía, ecosistemas vírgenes, casi- y disfrutar de la paz instalada en sus moradores que emana de la solidez de un entorno aún no hollado excesivamente por la mano del hombre.
Que yo sepa esta zona es, o Parque Natural o Paraje Natural en su totalidad, no sé si legalmente estaría permitido lo que anuncias.
UN SALUDO
PACO HUELVA