En el día de la Tierra: sanguijuelas
A Jacques Paul, caminante y su sombra.
PACHAMAMA, madre amorosa y desprendida con sus hijos, más pronto que tarde, es también poderosamante eficaz a la hora de sacudirse los parásitos. Y algunos de estos, en la escala temporal que rige el devenir de Pachamama, llevamos apenas la millonésima parte de un segundo sobre su generosa y fructífera piel.
Preguntémonos: quién corre peligro. ¿Pachamama? ¿O más bien esos otros seres que, pensándose la cúspide de una ilusoria creación divina y, por tanto, imperecederos e infalibles a imagen y semejanza de la quimérica criatura que han parido; no son más que patéticas e insignificantes sanguijuelas condenadas a una extinción cierta y a no muy largo plazo, por el modo en que están abusando de la sangre del ser que les dió la vida; de su verdadera y única madre: Pachamama?
Preguntémonos: quién corre peligro. ¿Pachamama? ¿O más bien esos otros seres que, pensándose la cúspide de una ilusoria creación divina y, por tanto, imperecederos e infalibles a imagen y semejanza de la quimérica criatura que han parido; no son más que patéticas e insignificantes sanguijuelas condenadas a una extinción cierta y a no muy largo plazo, por el modo en que están abusando de la sangre del ser que les dió la vida; de su verdadera y única madre: Pachamama?
Tan cierto el texto como que el modelo para la figura de la foto ha sido Yola Berrocal recién despierta.
Nabrazo Rafita