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Palabras vivas

Todas las palabras guardan una realidad dentro. Todo el mundo sabe que las palabras nacen, crecen, se reproducen y hasta mueren. Algunas tienen una vida cortísima, efímera, como la de una mariposa, y otras son capaces de resistir innovaciones tecnológicas, premios literarios y cambios de sistemas políticos. Pero es que además están capacitadas para crear, para destruir, para componer, para dibujar, para hacer feliz o hacer caer en desgracia. Una palabra puede salvarte un día o estropearlo hasta el día siguiente. Porque tienen valor en sí mismas, más allá de la facultad de una herramienta de trabajo.
Algunas palabras son altamente agresivas. Unas evidencian peligro de muerte y otras a veces, lo esconden. Palabras capciosas estas últimas que guardan venenosas acepciones como licores los bombones rellenos.
Hay palabras con tanto poder que podrían salvar una vida. Palabras tan oportunamente llegadas que pueden hasta olerse o tocarse. Hay gente con tanto don para colocarlas que toman el sentido de las palabras que usan y así son gente suave o amable en razón de su vocabulario. Hay por el contrario quien se va volviendo áspero y puntiagudo en función al uso de sus palabras malsonantes o de duro significado. Porque, en fin, las personas pueden hacerse según su propia palabra: palabras de ánimo, de queja, de desgana, palabras para crecer, para amar, para reconciliarse, palabras elegantes o palabras impresentables. Como todos.
Tengo un amigo que inventa palabras y luego las vende o las regala. Recibir de él una palabra es casi mágico porque envía las palabras envueltas en papel perfumado y vienen rellenas de literatura, como si fuese capaz –con un solo vocablo- de crear no sólo una obra, sino un mundo tangible. Digamos que es comerciante semántico, porque a veces también las roba para colocarlas en un poema propio o para ofrecérselas a otro pobre indigente en terminología. Pocas veces paga por ellas, pero cuando lo hace se puede esperar de él el mejor de los regalos. Por supuesto, nunca un diccionario. Cuando se enfada, naturalmente se vuelve silente. Es la señal inequívoca del valor que para él tienen esas criaturas vivas.
Son las palabras las que nos forman, capaces de indignarnos si se posan a destiempo en el árbol equivocado, si llegan en momento inoportuno. A veces las palabras se resisten a residir con quienes no merecen su don omnipotente.
PacoHuelvaCala
PacoHuelvaCala dice:
10/01/2007 15:53

Como el comentario de lo que me ha suscitado tu artículo ya te lo he dicho personalmente, te envío un beso.
PACO HUELVA

manuel rubiales
manuel rubiales dice:
10/01/2007 16:08

¿Os acordais cuando un grupo de ilumnados academicos, escritores y periodistas se empeñaron en buscar la palabra más bella del vocabulario?. A mi me encantó una de las finalistas: libélula, lo que pasa que su significado es un bicho ojisaltón con aspecto de extraterrestre de película. Creo que si estos entendidos hubieran leido a Alargaor otro gallo hubiera cantado. Eso si, María, me quedo con esa reflexión postrera del poder de las palabras, no sólo para describir, sino también para crear estados de ánimo. Vino y besos. Por cierto, buena idea la de gastar los últimos euros en el Lizarrán degustando manjares entre palabra y palabra.
Vino y besos

Victoria
Victoria dice:
10/01/2007 17:13

Precioso artículo. Las palabras están vivas cuando a la vez pueden ser escuchadas, cuando tienen sonido propio y al leer tus artículos tengo la sensación de que mi interior te escucha y adivino tu voz rodeada de tus gestos.
Además, creo que las palabras aisladas no son tan importantes, lo es más bien cómo se encadenan entre sí y en el contexto donde aparecen.

Un abrazo.

MANUEL RUBIALES
MANUEL RUBIALES dice:
10/01/2007 21:21

Babeta, casapuerta, mojarrita, ajogailla, jartible, lacio, mindundi, bastinazo, aguaviva, liquindoi, patinillo, puertatierra, chirigota, callejón, azotea, patiovecino, piriñaca, papelillo y serpentina... Estoy seguro, María, que todas estas palabras, al igual que a mi, te evocan mas recuerdos que significados, porque hay palabras que no se pueden pronunciar sin sentir un pellizco en las asaduras..., ¿verdad?.
Vino y besos.

islamaria
islamaria dice:
10/01/2007 23:55

Ya lo creo que no, amigo Manuel. Como casapuerta, enzanfronao, escacharrao, zapá, pasacalle, cuartetero, salistroso,...
Yo también elegí en aquella ocasión una palabra para mí la más eufónica (busquen en el diccionario la plalabra eufonía y encontrarán un poema como definición); era licantropía. No ganó, como sabemos. Pero a que suena bien?
Gracias, corazones, por vuestras palabras habitadas.

rafa leon
rafa leon dice:
11/01/2007 00:30

En tus palabras,
un aliento que inflama
cenizas frías.

Un beso
Rafa

Ps.

En un paréntesis
puede habitar un mundo,
toda una vida.

rafa leon
rafa leon dice:
11/01/2007 01:04

Hay paréntesis que se parecen mucho a un haiku. Se aislan de todo lo que los rodea (ese mundo de ideas, palabras y sentidos), integrándose a la vez en su contexto hasta el infinito, en el todo (no, no es la cuadratura del círculo), siendo casi capaces de hacer sentir la esencia de lo eterno (que, como bien sabes, no deja de ser, al igual que el infinito, una entelequia) en un instante. Como la fuerza salvaje y, a la vez, quebradora de tinieblas, de un relámpago.

Otro beso

PacoHuelvaCala
PacoHuelvaCala dice:
11/01/2007 09:47

Estando de acuerdo, Rafa, con lo que expresas del paréntasis, la misma función puede ocupar, y, de hecho, yo los uso mucho, meter la frase entre guiones. Puede realizar la misma función y, para mí, es menos "aparatoso".
UN ABRAZO

alargaor
alargaor dice:
11/01/2007 14:23

Peaso artidebate, koleguis!!!
(Merécese un Lizarranazo en vena yugular, pero ya!)
- y o, descafeinao de máquina (reset)-
Kuando keráis.
Parole, parole, parole...(...Y sescapó)
Yo cuando la duda es más siliconada que la duda natural propiamente dicha, cojo y me sarto la rae, al Nebrija, y al mismísimo Lorca (Garcia) si hace farta, y meto más de tres puntos suspensivos.
A mi me me va a cortar naidie......¡¡Un pijote!.
Amarguinha, palomita La hormiga, café Delta,("e que é"), y a rajá, que son dos sílabas.(y la mía lascribo con tilde. Es ma-tilde, mía y.
Vrsos.