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Ese Espíritu Navideño

El Espíritu de la Navidad llegó a Irak en plenas fechas de la cosa. El espíritu navideño que para los yankis tiene forma de muñeco rojo y blanco como la cocacola, llevaba en el saco un regalo justiciero que mataba sin justicia, dejando a la democracia colgada hasta la muerte. Ejecutar por ejecutar.
Cuando los norteamericanos invadieron Irak se propusieron hacer una ocupación al completo: por tierra, mar, aire y sentimientos. Tanto que ocuparon la parte histórica que corresponde a un pueblo: la de juzgar a sus explotadores. (O tal vez sea que querrían ahorrarles el trabajo sucio y una vez realizado, go home?). Sin embargo, en palabras de Santiago Alba Rico "˜Estados Unidos ha legitimado la injusticia matando injustamente al injusto"™.
Mismamente los de euskadi ta askatasuna, que tienen los instrumentos y las ganas de matar, hacen honor de su espíritu navideño con capucha y sin escrúpulos. Escogen un lugar y ponen bombas de asesinar. Como los yankis escogen un país y lo asedian, éstos más domésticos escogen un lugar de un territorio al que consideran ajeno, pero del que dependen, y lo dinamitan. Desgraciadamente quien tiene una pistola, tiene el poder. Nuestra vida en sus manos. Nuestra vida literal, física y químicamente. Más allá del poder económico, financiero, político, ideológico, el poder de un arma que mata es el poder verdaderamente terrorífico. No existe vida detrás de un coche bomba, hasta los más creyentes lo saben y temen a los terroristas igual que les tememos los agnósticos. Pero dónde, me pregunto, andará escondido el cabeza de turco que pudiera satisfacer a los etarras? Quién es el Sadam Huseín de la España represora? Dónde están escondidas nuestras armas de destrucción masiva? Estarán en el Barrio de Santa Cruz, estarán en Barajas, en Barcelona, en Irún, o estarán dentro de la Constitución o del Estatuto Vasco?
Son menos en número que los marines, pero con la misma capacidad de desprecio por los seres humanos, con el mismo despiste e insatisfacción, con la misma ineptitud para ser felices. Somos palestinos, iraquíes, ecuatorianos, estamos indefensos, en fin, delante de las balas y somos igualmente vulnerables durmiendo sobre un colchón de gomadós.
PacoHuelvaCala
PacoHuelvaCala dice:
03/01/2007 11:10

La rabia ante lo que ocurre alrededor hay que soltarla, dispararla con palabras hacia los que humillan a la ciudadanía porque disponen de la fuerza de las armas. Su única fuerza: las armas.
MIL BESOS, MARÍA
PACO HUELVA