Usted está aquí: Inicio / Alejandro Huelva / Blog / Contra el fanatismo

Contra el fanatismo

El fanatismo es un comportamiento que va más allá de las ideologías, de los gobiernos y de las religiones. Fanatismo ha existido en todas las épocas y en todos los regímenes. Tiene más que ver con lo que sienten las personas, con la capacidad de actuar de las mismas en función de su espacio social y político que con corrientes más o menos consensuadas. Viene al hilo lo del fanatismo porque no hace mucho, sólo unos días, determinados partidos políticos han puesto el grito en el cielo por un documento que se ha editado en Almonte con el nombre de "La represión de la dictadura franquista en Almonte". Dicho documento presentado como una "guía de trabajo" ha sido recogido como caldo de cultivo por los fanáticos de hoy para buscar una "guerra" mediática. Habría que decirle a los denostadores de dicho documento, que porqué en España se permitió por más de cuarenta años, que fueron los que gobernó el general Franco, rehacer la historia de nuestro país desde la visión exclusiva de los vencedores, ayudados y apoyados por la Iglesia, garante principal de lo que se dio en llamar el nacionalcatolicismo. Sin embargo al PP y al PA no se le han escuchado en sus críticas a este documento hablar de esa gran mentira. Esa mentira en la que varias generaciones de españoles hemos crecido sin posibilidad de conocer la realidad que nos hizo ser como somos. Las nuevas generaciones de españoles, es cierto, las que han nacido en la democracia, no tienen ese obstáculo que tuvieron y a la que estuvieron sometidos sus padres.

La "Historia" de España, les guste o no, a los partidarios de la derecha española (PP) y de ese nacionalismo andaluz descafeinado que es el PA está aún por contar. Y eso, ahora que existe democracia y libertades de expresión y cátedra han de hacerla los historiadores y los académicos. ¿Cómo es posible que el PP esté desde hace meses en este país buscando la confrontación absoluta con cualquier tema? ¿A quién favorece esa actitud? ¿Quiénes están detrás de esta nueva forma de hacer política de la derecha española? Hay muchas preguntas y muy pocas respuestas por parte de los instigadores de esta situación. Recuperar la Memoria Histórica es un deber, una obligación. La mentira y la ocultación sólo llevan a más mentiras y en España ya hemos tenido suficientes durante más de cuarenta años.

No hay que tener miedo a la verdad, sea como fuere. La verdad es el único antídoto, la única catarsis posible para conseguir un país en paz y libertad concienciado con su pasado y con su Historia por muy cruel que esta fuere. No hay nada de malo en hacer un estudio que analice los elementos que condujeron a la situación que se vivió en España desde 1936 hacia delante. No se trata de descubrir el pasado para zaherir a nadie, se trata de buscar la paz a través del reconocimiento de todos los que participaron: los vencidos también. De los vencedores ya se ocuparon muchos historiadores adictos al anterior régimen que se encargaron de ensalzarlos hasta casi la beatificación. Se trata de contar la parte no conocida, la nunca hablada, la siempre callada: por miedo a la represión, a la cárcel, o a la acusación interesada y oportunista. Hoy estamos, le guste a la derecha o no, en el tiempo de la transparencia, de la verdad. Y dentro de la verdad está, quiera el PP o no, la recuperación de la Memoria Histórica de este país.

Se trata de reconocer el pasado para recuperar el presente y viceversa. Desde luego, nunca desde la venganza y sí desde la responsabilidad al pacto constitucional y al consenso de la transición. Que la sociedad española de hoy, con una democracia consolidada, sea también una sociedad en la que los derechos humanos y el reconocimiento a las víctimas (de ambos bandos) sea el punto de partida de la definitiva reconciliación nacional. Se trata de recomponer una parte de nuestra historia, sesgada, manipulada, silenciada por demasiado tiempo y que es una herida en muchas personas que participaron en dichos acontecimientos y la restitución de la misma a aquellos a los que les fue hurtada por intereses exclusivos de los vencedores. En una guerra civil no hay vencedores ni vencidos. Todos son vencidos. Lo que no se puede ocultar en un estado democrático y social de derecho como apunta nuestra Carta Magna es la verdad. Antes de la guerra civil española, España disponía de un gobierno y un régimen democrático que fue vilmente usurpado por un golpe de estado cruento. Esto no lo puede cambiar nadie. Tampoco podrá nadie cambiar, por mucho que lo intente la derecha actual, que la ciudadanía de este país tenga sed de saber qué ocurrió, qué pasó, en esa etapa negra de España en la que españoles anduvieron durante tres años matándose para consolidar un régimen militar ilegítimo como fue el franquista. Así que, menos miedo, más respeto, más igualdad, más verdad, más justicia, más libertad... Esto no le hace daño a nadie, excepto a los que quieren sacar tajada política de todo y para lo que todo vale. En este caso, un manual orientador y básico que sólo pretende que la ciudadanía de hoy no viva en la ceguera que en otro tiempo nos impuso la derecha de este país. Lo demás es juego sucio y demagógico de un partido político que ha sido expulsado del gobierno de este país y que todavía sigue sin asimilarlo.

Lo nuestro debe ser mirar al futuro asumiendo el pasado, honrar a quienes fueron deshonrados y devolver la dignidad a los que, a pesar del esfuerzo de los vencedores, nunca la perdieron.

ana
ana dice:
03/06/2007 17:47

Totalmente de acuerdo con usted.

Hace solo un mes que he encontrado vuestro portal por casualidad y últimamente os leo cada vez que puedo.

Me gusta mucho lo que decís(hablo tambien por los demas columnistas, por supuesto).

Un saludo desde bonares.