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Centro de gravedad

Amanece, un nuevo día, uno más. No sé de fechas ni de noticias del mundo-esas que me eran imprescindibles antes-, ya no contesto a teléfonos ni abro puertas. Ya no sé quién soy o he dejado de ser, ni tan siquiera si seré. No me importa. Vivo en un estadio de aislamiento provocado por no sé qué caprichoso director del destino. Envuelto en un oscuro halo asfixiante y pegajoso que me impide respirar, que no me permite liberar mi voz extinta. Un desierto alojado en mi garganta-sin aquiescencia- sólo regularmente bañado por lágrimas. Ya no sé llorar, lo he hecho tantas veces desde que te fuiste. Ya no sé pensar, solo sentir, irracionalidad, dolor.

La indiferencia me empuja a trompicones por la casa. Todo me recuerda a ti. Tus cosas, las mías, las nuestras. Todo está tal como lo dejaste. Como un santuario. Fotos que suben y bajan como indicadores de ánimo, tu abrigo en el perchero; el pañuelo empapado de tu esencia y gastado de mis abrazos, tu agenda y notas-memorizadas hasta la locura-en tu escritorio, todo igual. Salvo tu vida, la mía y lo que tanto esfuerzo nos costó construir; esfumado, volatilizado, migajas: nada.

Todo me recuerda a ti, todo me conduce a esa senda que me supiste desvelar: a un amor correspondido, infinito, sin límites. Fragmentos de un mundo vidriado que estalló y sigue haciéndolo en mil pedazos. Sin dios ni credo, solo tu como religión. Tantas cosas que no te dije, tantas cosas que no te pude decir. Tengo la certeza de lo que es vivir en el interior de una llama. De consumirme por el fuego de metralla de un arsenal de besos y caricias reprimidas, sin objetivo. Eras luz, vida, tormento y sabroso placer. Noches enteras de tabaco, alcohol y sexo salvaje. Veneno y antídoto a las amenazas de este inhóspito mundo. Toda esencia, toda contradicción, toda tú.

Hace ya tiempo que mi vida carece de todo sentido. Desde que los médicos intentaron-sin resultados- extirpar el tumor de tu cabeza. Puede que fuese entonces, cuando algo en mi interior se desgarró irreversiblemente, y escudriñó, a través de las sombras el tiempo finito de un alma frágil.

Adicto a tu ser, necesito tu lenguaje para entender el mundo, nuestro mundo. Pues tú me abriste las puertas de un cielo de delirios místicos, posando nuestra intensa libido en las delicadas nubes de un difuminado deseo. Empalagado del sabor del olvido, te busco incesante escrutando miradas y furtivas pasiones, que únicamente prostituyen mis sentidos y no sacian mi sed.

No puedo más, no aguanto más. Ya no quiero ni puedo. He agotado todos los pozos de los que laboriosamente sacaba fuerzas. Es demasiado tarde para mí, el tren de mi esencia ha huido marchito por la senda de la melancolía. Me niego a caminar el resto de mi existencia con el cálido recuerdo de la levedad de una caricia. Ya no puedo sobrevivir, ni reinventarme. Sólo me queda una cosa por hacer. Solamente un tren por viajar. Sin equipaje salvo tu memoria, dejo esto aquí y afronto mi destino.
PACO HUELVA CALA
PACO HUELVA CALA dice:
28/04/2007 16:08

Magnífico relato, Ale.
Enhoranuena.

ALE HUELVA
ALE HUELVA dice:
28/04/2007 16:16

MUCHAS GRACIAS,UN FUERTE ABRAZO.

Rafa Leon
Rafa Leon dice:
28/04/2007 21:27

Enhorabuena, Ale. Un estupendo relato. De esos que describen universos interiores, que son los que a mí más me gustan (más aún desde que leí "La escala de los Mapas", de Gopegui).

Un abrazo
Rafa

ALE HUELVA
ALE HUELVA dice:
28/04/2007 21:35

Gracias Rafa por tus amables palabras, y como coincidimos en gustos, tomo nota de la recomendación.

Un abrazo,
Alejandro Huelva.

MANUEL RUBIALES REQUEJO
MANUEL RUBIALES REQUEJO dice:
28/04/2007 22:03

Extraordinario Ale. El segundo párrafo, especialmente, me parece elevadísimo, de una intensidad casi tangible. Oño Ale, con lo bien que escribes y lo poco que te dejas ver por aquí, joío, dónde hay que firmar para leerte un poquito mas, pisha...?.
Vino y besos.

ALE HUELVA
ALE HUELVA dice:
29/04/2007 01:09

Vaya, gaditano me vas a sacar los colores! De verdad, Rubiales, muchas gracias por tu comentario pues viniendo de ti lo tomo en gran consideración y como elogio personal.
Abrazos, vinos y besos a elegir, Ale Huelva.

MIGUEL PEREZ
MIGUEL PEREZ dice:
30/04/2007 02:47

Nada que estaba pasando el tiempo antes de coger el tren y me he encontrado con tu relato en el ordenador, éste si que me ha gustado! jeje, nos vemos en breve!. Un xixonés de erasmus en Bologna.

Jorge Faraco
Jorge Faraco dice:
30/04/2007 20:39

Es lo primero que leo de tí y me ha impresionado mucho. Es bastante profundo y se hace sentir. Espero leer más cosas tuyas e incluso, con tu permiso, poder componer alguna canción basada en uno de tus relatos.
Enhorabuena y un abrazo.

ALE HUELVA
ALE HUELVA dice:
03/05/2007 14:00

Muchas gracias por vuestras sentidas palabras a ese fratello asturiano y a ese amigo fiel por el que no ha pasado el tiempo, nuestro tiempo. Siento la tardanza en contestar pero me encuentro haciendo un tour por Alemania y Holanda, "estudiando" otras culturas. Jorge tienes todo el permiso del creador de estas lineas para emplearlas a placer e inspirarte si lo crees oportuno.
Un abrazo, desde Amsterdan, Ale Huelva.